Miralo de esta forma: si algún día me vuelvo famoso, un tanto snob y con un puñado de fans, vas a tener una gran anécdota que contar en cada situación de peluquería. Tal vez no sea suficiente para vos, aunque a boca de urna lo veo medio difícil: no doy con el perfil del tipo bronceado, atlético y apuesto que tanto te gustaría tener como protagonista en tu historia siempre tan bien exagerada. Pero bueno, tal vez no me necesites para recuperar ese guiño de atención que vas a perder con los años, al momento en que te salgan tus primeras canas y ese cuerpo de Dios ceda frente al traqueteo diario y tirano. Tal vez seas vos la que corone las noches de los televidentes, la de la publicidad de pasta dentífrica y yogurt para el tránsito lento. Vos sí que encajás en el target y sos el estereotipo de la femme fatale que te come el coco con cucharita de plástico. No creo que nadie pueda frenarte cuando caminás subida a tus tacos asesinos. Yo no pude. Y estimo que ningún hombre podrá evitar que cumplas con tu vocación desesperada: ser tan cool como popular y fotografiable. En el caso de que seas vos la famosa y no yo, te pido mil perdones, no volverá a suceder, diré que lo siento tanto tanto tantísimo, querida, pero no habrá grandes cambios para mí: en cada círculo al que pertenezco ya sos una más que muy respetable anécdota que me gusta contar.-
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2 comentarios:
Muy lindo.
Ya se va a bajar de los tacos... pero va a seguir siendo una anécdota.
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