Ni
siestas maratónicas ni sobremesas interminables: los domingos fueron
pensados para bañarse durante horas, enjuagar una y otra vez con
suavidad publicitaria los recónditos laberintos del cuerpo,
esas zonas que durante las duchas diarias -rápidas y brevísimas, de
lunes a viernes, más por obligación social que por placer- permanecen
vedadas al romántico encuentro del jabón blanco y el agua. Llega
el domingo y no hay depresión. Hay malos programas televisivos,
diarios insoportables y hermanas que llaman por teléfono para
recordar compromisos familiares en mitad de semana. Los domingos solo
hay ansiedad: al principio es helada, luego se pone tibia y
culmina en la temperatura exacta. Cerrar los ojos bajo el agua, quedarse así durante unos segundos y abrirlos con violencia para ver estrellitas. Y no hay
nadie. Los domingos uno se baña solo, que es la única forma de bañarse
que tiene el ser humano.
Por
algún capricho higiénico-sexual, hay gente fanática de bañarse en pareja. Bañarse es un decir: solo en las películas de Hollywood un dúo prolijo y bien maquillado logra estar a gusto en la ducha, compartir el
shampoo y disfrutar de esa intimidad que incluye risitas cómplices y
caricias guionadas. En ningún film la protagonista pide la crema de
enjuague o rasca el vello que se adhiere al jabón. La realidad es incómoda y sin erotismo. No hay forma de que dos personas
adultas y de proporciones normales no se estorben en una misma
bañera. Se piden permiso sin permiso, se dan paso metiendo panza o
haciendo puntas de pie, acomodando el cuerpo hacia un lado para ganar microespacios en donde maniobrar, pero golpean sin remedio sus extremidades
y se friccionan con torpeza. En teoría, el plan es perfecto: binomio
concubino maduro accede a compartir un momento de distensión y aseo. Magnífico. Lo cierto es que al salir del agua, nadie
está (bien) enjuagado o uno de los dos permanece un tiempo más bajo
la ducha y luego ese alguien debe quedarse a secar el piso -el ineludible destino del último-,
que por mayor cuidado que se tenga, termina mojado. El baño colectivo resulta siempre una trampa detergente.-
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imagen extraída de aquí.-
1 comentario:
Tristemente cierto, jajajaja!
Acabo de crear un nuevo blog, si podes date una vuelta
http://100cosasparahacer.blogspot.com.ar/
Suerte!
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