Corro para alcanzarlo. Pero no es tan fácil. Vos lo heriste. Así, sin querer. Ni te diste cuenta cuando te fuiste. Entonces te busco, trato de encontrarte, de seducirte, de volver a conquistarte, de enredarte. Estoy sumamente dominada por la idea. ¿Cuál es el capricho? Creo que corro atrás tuyo, cuando en realidad corro atrás de él. Es mi ego escurridizo y vos estás en el medio de mi obsesión por satisfacerlo. Lo quebraste cuando me dejaste. Si te tuviese acá, quizás él estaría mejor. Me pongo a pensar que no te conocí muy bien y que a pesar de lo poco que supe de vos, me fue suficiente para descubrirte muchos defectos y entender que al final, seríamos incompatibles. Me mordías cuando me besabas y tus caricias eran vagas. Tus palabras no me desvelaban y tampoco tus chistes eran buenos. Entonces me queda claro que no sos afecto para mí, no sos ternura, ni amor: sos sólo un medio para satisfacer un fin.
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1 comentario:
Muy lindo lo que escribiste Vera... Y me sentí muy identificada con un par de cosas, parecía que leía algo escrito sobre mí...
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