sábado, 9 de agosto de 2008

Tito

Si le dan a elegir un lugar donde le hubiese gustado nacer, él dispara Francia, aunque no conozca Europa ni recuerde en este momento algún otro país. Él jamás salió de su Barrio Luna, allá por entre las destruidas calles de un Hurlingham olvidado por presidentes, gobernadores y hasta los mismos intendentes. Tito, como le dicen los vecinos, apenas sabe que Francia es un país porque la despensa de la vuelta de su casa se llama así: Francia, a secas y pintado a mano, Francia y a un lado de la enrejada ventana verde hay un timbre, y quien quiere comprar algo, no tiene más que tocar y aguardar a que Gloria salga y los atienda. Ella fue la que le explicó que Francia es un país en Europa. A Tito le gustan los caramelos, el fútbol y algunos programas de televisión. A Tito le gustaría poder nadar hasta Francia, para ver cómo es allí, qué tanto se parece a la calle donde él vive -el pasaje Beethoven-, a la despensa de Doña Gloria y a su Barrio Luna. Tito no sabe lo que es Capital Federal. Miro el reloj, se me hizo tarde le explico a un Tito que me mira mientras hace rebotar una pelota de plástico contra el suelo de tierra: sus ojos tienen barro, pies descalzos, frío y tiempo. Uno de sus hermanitos se acerca. ¿No que si se aprende a nadar -pero si se aprende muy bien- se puede llegar a Francia nadando? pregunta Tito, y entonces sale la madre a la calle y entre gritos y aplausos, señala que es la hora de almorzar.


Tito
8 años
Barrio Luna
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(imagen extraída de aquí)

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