lunes, 29 de diciembre de 2008

terciopelo

Desde el jardín de infantes que te miraba: yo en un rincón porque siempre me ponían de florero, de chiquito que no compartía los juguetes y me tildaron de egoísta. Vos ahí estabas, con tu delantal celeste y tu fama de terciopelo, todas las señoritas te felicitaban: tenías un don para pintar casas en acuarela, y en verdad hacías unas muy lindas y coloridas casas, a veces con una familia en la puerta. Ahora nada parece haber cambiado demasiado: yo sigo en los rincones, no en penitencia pero de alguna forma cumpliendo con algún castigo, y vos seguís despilfarrando maravillas, le pintás la cara a cualquier tipo que te pasa cerca. Ya no dibujás familias pero soñás con comprarte una casa, vos y tus pinturitas y tus rumores de una soberbia justificada, todo puertas adentro, vos otra vez con tus triunfos y las revistas con tus fotos y las radios con tu nombre y en la gente tus gags. Vas a ser una bandera para todos. Y yo, un poco menos importante, siempre fui muy egoísta y hoy parece no ser la excepción: desde mi lugarcito te quiero para mí, ya no tolero compartirte, y vos que le encantás a todo el mundo, y yo que no dejo de espantar gente, y vos que ahora mirás y me decís vemos, y yo que te miro y te pregunto si a esta altura todavía podés ver.-
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(imagen extraída de aquí)

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