jueves, 22 de enero de 2009

maicena

Ahora que lo mencionás, y que me lo echás en cara en uno de tus textos -porque yo leo tu blog y lo sabés, no te hagas el tonto, y sabías que me iba a molestar porque me vería identificada y algo te iba a decir-, me gustaría aclarar que vos tampoco fuiste de lo mejor, y que imaginé que no me recordarías más que como una reverenda hija de puta. Lo de que soy una puta y soberbia y todas esas pavadas que me dijiste, las voy a dejar pasar. Pero mamá no tiene nada que ver en esto esto. No la metas en esto a mamá. Si te pone contento despacharte con algún familiar mío, te cuento que se murió mi perro Azuquitar. Sí, al fin falleció, vos que tanto te quejabas porque te daba besitos en los pies mientras nosotros hacíamos el sexo, quiero pensar que lo lograste, y aunque no te voy a culpar por la muerte de mi perro, estoy segura de que tus patadas e intentos de homicidio con Gamexane contribuyeron a que Azuquitar se enfermara. Y ahí está: lo enterramos entre esos dos árboles en los que vos tenías tantas ganas de poner algún día una cama paraguaya. Ahora hay una montañita y una cruz. Cuando quieras podés pasar a darle tu pésame: en una de esas te espero con Nesquik y alfajorcitos de maicena.-
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(imagen extraída de aquí)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Conversaciones entre vos y... vos (simulando ser ella)?.
Todos tus post en la madrugada?
"Quiero decirte, estimado chaval, que lo lamento mucho porque estás hasta las bolas"

Siesta escandalosa dijo...

Azuquitar? Y, sí. Para menos que Gamexane no da.

MSR dijo...

Al final, las pagó Azuquitar...

EmmaPeel dijo...

No puedo parar de reírme con lo de Azuquitar