lunes, 11 de enero de 2010

picado

Aplausos arrancan de un pelado con uniceja, se copa el matrimonio que juega al tejo, y el efecto dominó termina por cautivar a toda la playa que aplaude a coro, mientras el guardavida más joven -recién aceitado, en zunga y en eterna pose ganadora- sube sobre sus hombros a un nene obeso que perdió la mano de su mamá y viceversa. Se detiene el picado en el potrero de arena, los pibes aplauden un culo de revista, la chusma no sabe ni qué aplaude, pero aplaude para no ser menos, y los padres de esa criatura con sobrepeso ni aparecen. Los hijos de puta de los progenitores irresponsables, poco atentos y ahora humillados por no percatarse de que les falta un hijo -¿Cuántos tienen?- ni se dan vuelta para notar que el gordito -en lo alto de unos hombros siempre tostados, fornidos y ahora cansados- señala en todas direcciones sin dar con sus padres. Algunas palmas todavía sentencian, acusan y tildan de, pero no hay responsables. Y el gordo sonríe, casi que toca las nubes con sus dedos que ahora extiende en forma de V.-
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(imagen extraída de aquí)

1 comentario:

Titi dijo...

Firmo porque nadie firmó, como para ponerle un poco de onda.

Beso grandeee , giganteee
PD. Leé mi mail.