viernes, 30 de mayo de 2008

juego de cartas


Cada vez que dormimos juntos, siento que le soy infiel -¿a quién?-, y es que cada noche es una mujer distinta, se comporta como si no fuera ella y hasta habla de otra forma. Ayer se durmió en el sillón, mientras mirábamos una mala película de dudoso origen europeo, la esbelta rubia de ojos verdes, modelo publicitaria de empresa cervecera, tacos altos y vestido rojo. Eso estuvo bien. Pero desperté con un desayuno frío que trajo un diminuto cuerpo con castaño cabello oscuro a la altura de los hombros, estudiante de filosofía, bohemia o genia no comprendida, que si bien no estaba nada mal y se veía muy graciosa con mis pantuflas, al principio no la reconocí hasta que sentí su perfume y un beso helado. Todo siguió con naturalidad, entre planteos marxistas-leninistas y la estúpida postura de volar hacia ningún lado con palabras finamente seleccionadas. El sueño, otra vez, hizo de la noche un juego de cartas y quien amaneció conmigo fue una hippie de pelo caoba, con la que no pude hablar porque jamás terminó de levantarse. Sólo pidió un vaso de agua. Gente sana. A favor. El tema es que ahora soy yo quien no quiere despertar, por el temor que produce una enorme espalda oscura, boxeador amateur, 35 peleas ganadas, 4 perdidas y 2 empatadas, cabeza rapada, brazos inflados, ronquidos de bestia.-

martes, 27 de mayo de 2008

linea C



Tomar el subte línea C, hacia Constitución. Allí, una mujer de sesenta años amamanta a un hombre que por la edad, bien podría ser su marido. Él tiene barba, los ojos cerrados con fuerza, está vestido de traje y tiene el cabello hacia atrás. Ella parece una de esas mujeres con aire del norte, el cabello lacio y oscuro con anchas trenzas, ojos rasgados, su cuerpo es tan grande que ocupa tres asientos. Por las ventanas irrumpen ocho clowns –de seguro gemelos, son idénticos, igual de altos y flacos, los rostros pintados blanco y negro, sus sombreros casi tocan el techo del tren- que cantan y bailan una coreografía de Michael Jackson: se deslizan por los caños del vagón, saltan y se enredan entre sus propios cuerpos, en perfecta sincronización y despliegue. Un grupo de cuatro jóvenes asiáticos que observaban las habilidades de los hermanos se pone de pie y comienza una batalla en la que vuelan manos, estrellitas ninja, bastones, sombreros y hasta cabezas. El hombre que era alimentado por la gorda abre los ojos y levanta la cabeza para ver lo que sucede: de los pechos de la nodriza brota una leche anaranjada, que atraviesa todo el vagón y al tocar a la gente, los convierte en ratas de un dudoso pelaje tornasol. A mi izquierda, una anciana enciende un cigarrillo rubio.
Odio el tabaco rubio.

domingo, 25 de mayo de 2008

Lugano


El oficial Calotti se abrió de piernas frente al inodoro del baño de la casa donde encontraron a los narcos. Paquete de merca entre las manos, toda una bolsa de la más fina cocaína en estado puro. Con tan solo un poco de la bolsa podría emprolijar su rancho en Lugano, comprarle algo de ropa a las hijas y quizá hasta le alcanzara para unas vacaciones con la familia y la suegra. París, pensó Calotti, que intentó sin éxito ubicar a Francia en un mapa mental. Quién se enteraría: habían llegado antes que los medios, que los abogados y que los curiosos. Habían llegado antes que todos, y lo primero que hizo el comisario Veraldes fue tirarle en el pecho un paquete a Calotti mientras le decía pesala y tirala en el baño. ¿Veraldes habría querido decirle otra cosa? ¿Es usted boludo, Calotti? y Calotti que se aferraba a la merca, metía la mano en la bolsa y la sacaba, hundía la nariz en el polvo blanco, aspiraba para luego temblar, mezcla de miedo y excitación, adrenalina pensó Calotti, esa es la palabra y abrazaba el paquete: la transpiración bajaba por su frente hasta los ojos. Adrenalina repitió una y otra vez, mientras vaciaba el contenido de la bolsa y apretaba el botón del inodoro.-

viernes, 23 de mayo de 2008

palacio


Podrían no habernos presentado, o podríamos haber nacido en provincias, países, continentes, mundos diferentes. Más sencillo es pensar que podríamos haber seguido distintas carreras, o en otros lugares. Pero nada de eso sucedió: la lógica académico-loterística nos convocó en la misma Casa de Estudios, que de las pocas satisfacciones que me dio hasta el momento, fue conocerte, gracias a un amigo en común, y que en la encrucijada de una facultad gigantesca, palacio de libros usados, afiches, bancos de madera y autómatas, nuestros ojos se hayan encontrado. Se dieron tantas coincidencias en tiempo, espacio, lugar, gustos y preferencias, que si te hubieras enamorado de mí, todo hubiera sido perfecto, por ende, irreal y estúpido.-

miércoles, 21 de mayo de 2008

hundir


Manos acarician mi cabeza. Ya está, ya pasó.
Alguien dice que no debo hablarte.
Puede ser.
Alguien también dispara que no aprendí a estar solo.
Alguien explica que las nubes son blancas.
Detrás de las persianas, la noche.
O tal vez sea de día.
Un amigo comenta que soy otra persona.
Otra persona mejor.
¿Qué clase de amigos dicen eso?
Silencio.
Por respeto, y para dejar de querer a un muerto, una foto, un perfume.
Te hundo en el silencio.
Y me temo, para siempre.-

sábado, 17 de mayo de 2008

errores


Y hoy entiendo que todo fue para estar más cerca tuyo: la bilirrubina al nacer, el robo de mi primera bicicleta con rueditas, la vez que me caí de la escalera en casa de tía Olga, y hasta ese penal que erré en cuarto grado. Recuerdo la euforia de los padres detrás del arco rival, los compañeros coreando mi nombre, la camiseta bordó del equipo Sporting Feinman transpirada como nunca, en mi frente eternas gotas, las muelas apretadas y los ojos de un arquero bastante más alto que yo. Señal de la cruz, inicio de la carrera, cinco largos pasos y un zurdazo cruzado a la derecha que da de lleno en el poste, y escondí el rostro entre las manos ante la vergüenza pública, porque si no hay campeonato no hay trofeo, y si no hay trofeo no hay gloria, por ende hay miseria y lágrimas, entonces lloré, sin saber que todo -eso incluye haberme comido a la gorda Carla en la fiesta de egresados, el cinco en el segundo parcial de Álgebra, el meneo con el travesti en la despedida de soltero y hasta mi divorcio unos meses más tarde-, todo sucedió tan sólo para llegar a vos, o para que llegues a mí, para comprender el fracaso, la soledad y las derrotas, y para darse cuenta hoy, después de tanto tiempo, que si hubiera sabido que al fin te encontraría, volvería a cometer cada uno de mis errores con perfecta prolijidad amateur.-

viernes, 16 de mayo de 2008

Si viviera Papo...

Impacto. La batuta es dirigida por un pequeño astronauta con voz de portero eléctrico. No es Pepe Pompín. Se llama Asimo (Advanced Step in Innovative Mobility), es un"robot humanoide" creado por Honda, y en esta oportunidad se encuentra al frente de la Detroit Symphony Orchestra. Su nombre también se vincula al del escritor Isaac Asimov. Esta clase de bichos están diseñados para hacerle la vida más fácil y agradable al ser humano. Es una clara muestra de que hay gente que cree que puede reemplazarse la sensibilidad de una persona por una montañita de tuercas apiladas. De todas formas, no hay que minimizar que esta clase de humanoides (como se los llama: mal gusto por la denominación) ayudarán también a personas discapacitadas.


miércoles, 14 de mayo de 2008

compasión



Los hechos, situaciones, circunstancias y circunvalaciones que surcan este blog, son totalmente ficticios, mentirosos, deformes y sin escrúpulos.-
(the facts, situations, circunstanses and circunvalations that surcate this blog, are completely fiction, not true, amorfs, bull shit and without scrupules).-

NNN.-
...y como te conozco, me compadezco de la chica que vas a tener al lado, ¡pobre ingenua que todavía no sabe de tus manías!, y seguro le debés haber hablado de la historia de tu nombre, del falso linaje real y no sé qué nuevas cosas se te habrán ocurrido para sacar provecho de las indefensas mujeres que andan dando vueltas, rubias platinadas o morochas de estación, se creyeron el cuento de amor que les leíste, tu perfil pseudointelectual y el resto de las pavadas que decís; por favor, estamos grandes, y todas sabemos que tu soberbia es imbancable y que sos un mal actor, qué digo malo, pésimo, con el ego gigante como una casa y la cara no te ayuda, pero bueno, es lo que tenés, así te quise y así tal vez te quiera hasta que me canse, y te comento que ganas de mandarte vaya uno a saber a dónde no me faltan...

sábado, 10 de mayo de 2008

en una de esas


Si acaso se te ocurrió alguna vez que soy una buena persona, que aunque no tengo un físico privilegiado soy de a ratos agradable, o no sé, pensaste casi por error que podríamos salir algún fin de semana -hablar de una obra de Klimt, de Andy Warhol, de los Beatles, o de lo que se te ocurra, de lo que quieras eh- para matar el tiempo nomás, o que tal vez nos podríamos encontrar de casualidad en alguna esquina de Buenos Aires -¿Buenos Aires? sí, aunque vivas lejos, en Provincia, Buenos Aires es grande- tal vez incluso podríamos llamarnos, o me mandás un mensaje de texto, ¿pensaste alguna vez en llamarme? yo sí, también se me ocurrió vivir algunos años con vos, tener hijos, una casa, compartir vacaciones, qué ridículo, ¿no? podríamos tener un perro, ponerle un nombre americano, como Rocky, Dipsy, o el nombre de tu ex novio, o el nombre que quieras, qué se yo, aceptaría ponerle el nombre que quisieras, pero lo importante es que si pensaste alguna vez, ebria o drogada o enloquecida, alguna remota vez que en cierto modo nuestra amistad es una forma de lejanía que no nos deja ir hacia lo que en verdad queremos, o dijiste para tus adentros que hoy estoy más lindo, o no sé, que tengo buena letra, o que escribo bien, o de vez en cuando tengo algo especial, solo quería que supieras -y no lo tomes como una declaración de amor, te lo pido por favor, no lo hagas- que hoy por hoy, sos la única mujer por la que hubiese dado cualquier cosa.-

viernes, 9 de mayo de 2008

La prueba de la bicicleta

Basta de números, estadísticas, análisis exhaustivos. Desde lo más profundo del ingenio argentino, surge La prueba de la bicicleta, que propone de una forma original y atípica, saber cuáles son las zonas "más tranquilas para vivir" . Si bien es cierto que se "abandona" a la bici, el cometido es que sobreviva en el lugar tan sólo por una hora...


miércoles, 7 de mayo de 2008

Dios t kiere


Parece que el Papa Benedicto XVI, en el marco de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud que se llevará a cabo el 15 de julio en Sídney, "regará" de mensajes de texto los celulares para lograr más adhesión en los jovenes. Y después dicen que tenemos una Iglesia retrógrada...¿cuántas religiones hacen esto? Además, el Papa armará como una especie de Facebook -¿con fotos de Dios?- para armar una red social de católicos.

En fin, me surgen algunas dudas:

-¿Dios tiene una base de datos con todos los celulares del mundo?
-Si a tu novia le llega un mensaje del Papa invitándola a misa los domingos, ¿es infidelidad?
-¿Desde qué número se envía el mensaje?¿Es el mismo número que tiene Bianchi?


Ahora, ¿qué se viene después de esto?¿Papas cibernéticos?¿hostias digitales?¿biblias en PDF?¿nuevos evangelios por parte de blogers? ¿Quién será el Judas de la era digital?

domingo, 4 de mayo de 2008

mariposa

Quiero ser prostituta VIP en Hawaii, hacer parapente desde una pirámide, escribir el mejor libro del mundo, jugar al dominó con China Zorrilla, tener una inmobiliaria para gente triste, cambiar figuritas del mundial 94 con mis amigos del colegio, inventar una cura para el adicto al Ribotril, diagramar la casa donde vivirán mis hijos, inflar un globo del tamaño de mi ego, cambiar las cortinas del baño, nadar en el Mar Muerto, arengar a los jóvenes del Mayo Francés, zapar a dos vientos en casa con Charlie Parker, hacer un palacio en Santa Teresita, sacarle una foto a la calesita del barrio, hablar con alguien interesante, volver a hablar con alguien interesante, juntarme con los Beatles y los Stones en un Talk Show, entrevistar en su caja de fósforos a la mujer más pequeña del mundo, limpiar los escalones de la escalera al cielo, ir a una fiesta en los vagones del subte línea A, y todo para morir en la última célula del cuerpecito de la última mariposa...

sábado, 3 de mayo de 2008

meñique

Mi primer dedo meñique -mano izquierda, sesenta y ocho milímetros de inutilidad, carne y algún que otro hueso mezclado con flácidos músculos- se lo vendí a un granjero del centro de Buenos Aires. Él decía que con su nueva adquisición levantaría más baldes de agua, y podría ayudarle a correr las sábanas cuando llegaran los primeros inviernos. Hecha la transacción correspondiente, hasta llegué a pensar que había realizado un acto de grandeza, una verdadera buena acción. Después de todo, yo ya no necesitaba mi dedo meñique, y me sentía más cómodo sin él: ya no debía pensar en darle una utilidad a un dedo tan ridículo y débil, empleado haragán al que hay que buscarle una tarea para justificar el sueldo. Ya no tenía que extenderlo al tomar el té, ni cubrirlo con vendas cada vez que se fracturaba. La única -nueva- preocupación era encontrar un interesado para el dedo meñique restante: arruinar la simetría del cuerpo en la forma en que yo lo había hecho, era una insensatez. Por eso, era necesario hallar un comprador. Mientras tanto, el dedo meñique derecho aún reposa en mi mesita de luz, quizá pensado en la flamante vida de su semejante, deseando su misma suerte, o todo lo contrario, imaginando al acecho de qué nuevas -falsas- aventuras se encontrará, en qué mano ajena que ya le habría explicado que su dueño primero, sangre de su sangre, lo había dejado ir.-

jueves, 1 de mayo de 2008

Estocolmo o Pepe Grillo

La tristeza logra reacciones antinómicas en el ser humano. Así como el hambre nos vuelve conformistas, la soledad hace joyas en la miseria ajena. Entonces a uno se le ocurre que quizá no era tan malo eso que tenía ella de dejar colgada la ropa interior en las canillas de la ducha, o que no cocinara en lo absoluto: después de todo, uno puede hacer platos elaborados después de haber trabajado trece horas seguidas. Incluso se vanaglorian las pésimas sesiones de un sexo monótono, aburrido, mecánico, rutinario y hasta robótico. Lo más penoso de todo es jactarse de esta reacción. Allí se genera un malformado Síndrome de Estocolmo, agradecimiento desmedido –e injustificado- hacia un alguien que ya no escucha ni quiere hacerlo. Es una sensación tragicómica, ambigua, una suerte de anestesia casera. Uno le extiende la mano al triste recuerdo y, como al oído, en un susurro, le dice gracias, a lo que Pepe Grillo, la estúpida voz interior del mismísimo recuerdo, una voz displicente y más soberbia que la propia, parece contestar de nada.-