lunes, 31 de octubre de 2011

Quiero un amor de bailanta

Este texto es un ejercicio entre este espacio y NoSeCulpe . Nace bajo la consigna de escribir un texto teniendo como partida una frase común, que en este caso, fue "Quiero un amor de bailanta". Inténtelo usted desde su casa o en su blog amigo, y hágaselo saber a quien hoy esboza el texto que ¿leerá? a continuación. Lea -claro- la otra cara del disparador en http://noseculpe.blogspot.com Gracias.-
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Quiero un amor de bailanta, de salvajes caderas por donde asome una tanga de encaje, amor de mujer colgada del parlante, de ferné con hielo en vaso plástico de litro. Quiero un amor de bailanta para dejar descansar los amores de bijou, que no son mas que afectos sintéticos y supersónicos. Quiero un amor de bailanta para poder desabrocharme la camisa sin reparos, mostrar el rosario pegado al pecho transpirado, agitar las manos en el aire, decirte ¡ay! amor, cantarle -contarle, confesarle- a un viejo amigo que me trinqué a su señora mientras él trabajaba de cadete en Microcentro o en una obra en construcción. Quiero un amor de bailanta para sentir el cielo recién caído en la pista de baile que resbala de lujuria, los focos extasiados -punzones de luz hirviente-, mis párpados apretados de ritmo. Quiero un amor de bailanta con romance de tabaco vencido, el acordeón en un solo eterno, el rumor de las uñas mal pintadas, tus ojos de bailanta sobre mis brutos labios de bailanta, gozar la cumbia y hundirnos en la palangana de una belleza más linda que la reputa madre que lo parió.-
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(imagen extraída de aquí)

jueves, 27 de octubre de 2011

respingada

Estoy a las puertas del error más estúpido de mi vida: soy Dondald Trump al filo de vender mi megaemporio para regentear una concesionaria Rolls Royce en Haití. Veo cómo el error garrafal galopa desde lo lejos, escucho que viene y no se cansa, me hace luces, enciende antorchas, agita pañuelos blancos y hasta me tira piedras. El error es un tren de frente, la bocina de bomberos, es una estrella incandescente que advierte, chilla con un hola, soy el error, estúpido, tenés que esquivarme. Acá lo tengo, cómo andás error querido, tanto tiempo, te venía perfilando pero nunca nos tuvimos tan de cerca. Sos más alto de lo que creí. Te conozco de otro lado pero puede que no me recuerdes, no importa, pero bueno, ¿tomás café? OK, yo tampoco quiero dormir, menos con el error en mi casa, en brazos, hambriento y en harapos. El error se presenta como una revelación madura, obvia, de bufón en crisis vocacional. Y uno lo escucha, lo ve, asiente, finge que entiende las guiñadas de ojo del error, que sólo intenta prevenirlo a uno y sin embargo uno ni le da bola, sigue ahí, en la misma posición. Al fin y al cabo, acá está el error, errorcito mío, te tengo de frente manteca, respirás cerca de mi boca, tenés un perfume divino y la nariz respingada, y te viniste de minifalda, qué atento, no hacía falta, error amigo: aunque sé que pesará la condena -lo que puertas adentro llamaremos la culpa-, no dude nadie que persistiré en este error hijo de puta, perverso y hermoso.-
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(imagen extraída de aquí)

martes, 25 de octubre de 2011

esperma

Somos el pochoclo que se queda entre los asientos del cine, la salida de emergencia cerrada con candado, la alternativa de los adictos al juego, el Deportivo Me Hago Cargo De Que Vale La Pena, una compañía de amantes circenses, una sociedad irregular dedicada al contrabando de trampas para concubinos leales, la esperanza de las palomas sin esperma, los proyectos emprendidos en agonía, promesas de marineros homosexuales en altamar, borrachera de fin de curso, nostalgia para perdedores, el instructivo para desactivar una bomba en el lagrimal, la canción última, la libido de los africanos sometidos, la sangre que pierden las gaviotas cuando juegan a picarse por encima del mar, el descarte de la gloria, una buena idea, los siameses parasitarios, la nebulosa en las rutas brasileñas, madera de guitarra para callar el invierno, números impares, vacaciones interrumpidas por un velorio familiar, electricidad en busca del agua, una receta que la abuela jamás pudo concretar, bisturí olvidado dentro de un vientre, la pobreza de los intelectuales en canales de cocina, el fallido Bailey's que hace el tío Jorge en la casa, las mulas transportadoras de merca berreta, las ganas de mentirnos con un viaje que jamás haremos y el sexo que no tendremos en los vagones del ferrocarril Roca. Somos todo esto y qué puta suerte que con esto no alcance.-
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(imagen extraída de aquí)

lunes, 24 de octubre de 2011

física

La elocuencia, 
la grandilocuencia,
la inteligencia, 
la paciencia, 
la indiferencia, 
la sabiduría, 
la epifanía, 
la melancolía, 
la precisión,
la seducción, 
lo impredecible,
la mística, 
la química, 
la física, 
la intriga, 
la puntualidad,
la belleza,
el misterio,
la exactitud
de nuestro desencuentro.-
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(imagen extraída de aquí)

viernes, 21 de octubre de 2011

octubre

Te engañé el día de la lealtad peronista. Sé que para vos no significa demasiado porque sos apenas una tibia radical que le fue infiel al puñado de novios que tuviste, pero para mí es importante haber faltado al compromiso de nuestro afecto bolchevique. Haber estado dentro de otra mujer el 17 de octubre -justo un 17 de octubre, San Perón tenía que ser-, se me hace como una doble falta. No tengo ni la más mínima raigambre peronista, pero entiendo a la lealtad como algo más que el respeto a un símbolo partidario. La lealtad es esto. Nosotros fuimos una fórmula que no llegó a las primarias, un binomio con altas aspiraciones y bajo nivel de convocatoria. La única urna que nosotros podemos llenar, es la que viene acompañada por la procesión y las coronitas de flores. Seamos sinceros: esto no funcionó. Me hago cargo de mi falta en ese memorable 17 de octubre en que hubo un albergue transitorio, tres prostitutas para una moción por unanimidad y un sexo inconstitucional, pero eso no quita el fracaso de la dupla que supimos formar hasta que nos rendimos. Somos una izquierda vencida, irrepresentable, irresponsable e irreverente. Así me gustaste, y así te dejo: lealtad es también tener los huevos para bancarse las armas que empuña la soledad cipaya, gorila y golpista.-
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jueves, 20 de octubre de 2011

mamario

Sé que pensaste en el perdedor que aquí suscribe: me di cuenta porque me rasqué la oreja izquierda desde que me levanté hasta que me fui a dormir, y soy infalible para las supersticiones orgánicas que no tienen asidero razonable. Pensaste en mí: qué bueno saberlo y que estés acá otra vez. Siempre terminamos en esa escena estúpida de turistas que se cruzan en el shopping de la decadencia y hablan de temas intrascendentes. Pero me agrada que así sea -qué bueno volver a verte: no debería decirlo pero te sienta muy bien ese implante mamario-, y que volvamos al lecho tramposo sin culpa ni reproches ni ordalías inquisidoras de amantes despechados. ¿Te diste cuenta que siempre regresamos al mismo punto? Contame cómo estás, ya que anduviste pensando en esto y yo me anduve rascando la oreja, parece necesario que aclaremos la ensalada rusa que nos perdimos por ir a comernos el postre del vecino. Voy a mantener la compostura y no mirarte con ojos de quinceañera debutante, seamos prolijos desde el principio -desde este principio-. Ahora hablame vos, es una gran idea que mantengas este suspenso, pero estoy ansioso por saber lo que vendrá: si un raid de malas decisiones, o un encuentro con carpusa para meter los goles que desde hace años nos debemos.-
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miércoles, 12 de octubre de 2011

bombachones

Si me dejás, el inexorable desenlace de nuestro concubinato en llamas, será mi orden de captura -vivo o muerto-, porque voy a escaparme por los techos de nuestras madrugadas, treparé por las tejas, desnudo de noche y whisky vencido, vas a verme colgado de los ténderes donde las viejas dejan secar sus bombachones lavados a mano con jabón blanco. Tendrán que buscarme por las camas de mis ex novias: si me dejás voy a volver al cero a cero rendidor, a la defensa ganadora, la fórmula que me dio resultado antes de conocerte, la que garpó y me curtió. No podrás evitar que huya a lo cagón y me refugie en los acolchados de las únicas mujeres que me dieron lo que necesitaba: una mentira convincente, la estúpida promesa de que siempre iban a estar conmigo. Tenés entonces las coordenadas: buscame por los barrios que vos ya sabés, estaré pergeñando el verso para irrumpir en esos departamentos que dejé de ver para bancarme las sillas a medio romperse en casa de tu abuela con olor a naftalina. Ya no le temo a tu amenaza de divorcio violento, porque me doy cuenta de lo digno de rogarle auxilio a los pechos de la madre patria que son las amantes siempre limpitas y dispuestas a tenderte un oído y la piel firme de sus entrepiernas firmes.-
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lunes, 10 de octubre de 2011

milagro

Fui al cumpleaños de tu mamá porque ella mandó una invitación general vía Facebook, sin querer puse "asistiré" y sabés que no hay nada que me moleste más que dar mi promesa virtual y defraudar al anfitrión. Por eso caí tempranito al salón de fiestas -pegué camisa escocesa, chupines pulenta, shantas ganadoras-, llevé la mejor sidra en botella plástica que encontré en la góndola del supermercado chino y saludé a todos y cada uno de tus familiares, como si nosotros siguiéramos juntos -como si alguien de tu familia de policías por hobby, hubiese olvidado el raid de infidelidades e infidencias que nos divorciaron hace un par de años-. Verlos allí, todos juntos cual equipo de rugby en decadencia, en una punta del salón y sin hablarme, fue una brisa de viejas sensaciones que supe recordar entre sanguches de miga y fosforitos de jamón y queso. Fue lindo saber que tu primo sigue siendo el mismo obeso pendejo pelotudo que le pisa las manos a los nenes más chicos para que no manoteen las golosinas de la piñata. Tu abuela todavía usa ese perfume con olor a Pinolux. Y tu vieja -debo reconocerlo- aún se conserva: ostenta el envidiable pedigree de MILF asesina. En verdad, el cumple de tu mamá fue todo un éxito: no debí hablar con nadie y comí de arriba sin dar explicaciones. De todas formas, prometo que la próxima vez, tendré más cuidado con las invitaciones que me lleguen vía Facebook: no vaya a ser cosa de que volvamos a vernos de casualidad, yo con mis bajos instintos de supervivencia en pelotero, y vos con tu falsa superación y el milagro de tus tetas a estrenar.-
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jueves, 6 de octubre de 2011

esperancita

La rubia toma la birome y firma al pie de la última hoja dentro de un pilón de veintitantas: firma y no tiene ni la más puta idea de lo que acaba de firmar, puso el gancho en un montoncito de obligaciones que desconoce pero que aceptó guiada por las persuasivas y cocainómanas explicaciones de los productores del casting porno más fantasma que pueda montarse en una de las oficinas de los edificios falopa de la calle Viamonte. Por contrato, la producción se compromete a deslizar el material a otros productores que triunfan en la capital de un país llamado Ni en pedo te vamos a llamar para filmar nada, es decir, un destino tan exótico como inexistente, porque el casting organizado por la productora Full Porn International Tapiales Films (FPITF), no es más que una cortina de humo que el dueño de ese circo acomodado por diez mangos -un gordo con eterna baranda a chivo, que con el curro del casting para la peli XXX, se revuelca con la ilusión de pendejas recién salidas del secundario y de las visitas higiénicas que hacen dos veces por semana a sus jóvenes maridos presidiarios- monta para cumplir sus más guarangas fantasías que ni por guita podría llegar evacuar. Entonces pone un aviso en la web -exige buena presencia, damas de pelo largo y bigote afeitado: el gordo no es ningún boludo-, invita un asado en la terraza de su departamento -paga él, compra un vino barato-, e improvisa la grabación piloto con la desesperación de las mujeres que se acercan a su rancho, entre medio tímidas y medio engañadas, con su esperanza -esperancita- recién lustrada, y con el sueño de que el cuerpo del gordo con olor a chivo, sus órdenes de director atolondrado que le exige que sonría para la cámara y finja que disfruta de una penetración con necesidades básicas insatisfechas, sea el pase obligado a una vida mejor, una pantalla remunerada con creces, jugosos contratos para producciones HD y merca del más puro manantial recién sacado de las excéntricas cocinitas de la Hollywood que tu hermano menor relojeará en la compu del living de tu casa cuando todos se hayan ido a dormir.-
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miércoles, 5 de octubre de 2011

tocuen

Cuando me pongo en pose de salame en happy hour, me gusta decir que podría haberme quedado con cualquier otra mujer que no fueras vos: alguna compañera del trabajo, las pibitas enloquecidas de Wisin y Yandel en cada boliche, tus mejores amigas e incluso tu mamá. En realidad, lo que me agrada explicarte en tono de ganador de premio Nobel, es que yo te elegí -sin ningún tipo de azar- de entre esa constelación amorfa compuesta por las casi tres mil cuatrocientas millones de mujeres que habitan la Tierra. Si lo pensamos así, no hay dudas de que te considero -al menos- especial, distinguida, destacable en una masa inconstante de mujeres diversas que podrían ser invitadas por mamá en cada cumpleaños, pero que no son invitadas porque la invitada siempre sos vos, y porque la casa es bastante chica y mamá no quiere dejar pasar a extraños -lo cual, en principio, me parece sensato-. Visto de este modo -mi mano que te escoge sin ningún tun tun: mi capricho de apuntarte, darte un puñado de razones verosímiles para que vivamos juntos, acertar y contar esta historia de mi talento improbable para quedarme con la mujer que se me ocurra-, me queda pensar que lo mío también tiene un mérito. O me gusta pensarlo así, con jactancia de empleado del mes. Igual, lo que más me gusta saber -saber, a ciencia cierta y por comprobación empírica: en tu caso no hay tocuen- es que vos sí podrías haberte quedado con el hombre que se te diera la gana, pero parece que alguien grosso pegó el faltazo y me tocó el jai definishon de los días.-
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lunes, 3 de octubre de 2011

deficitaria

Enemigos. Eso somos. Dormimos juntos y la pasamos bien, me acompañaste en uno y cada uno de mis aciertos y pifiadas sociales, pero ya no tenemos el proyecto que nos convocaba. No hay más nada que vos y yo podamos compartir. No te necesito y vos mucho menos a mí. Te tengo todavía allí, al pie del celular, a la expectativa de que yo deje caer la guillotina del preso eufórico en donde se dormían mis ganas de acariciarte la nuca. Y ya no. Prometo no llamarte cuando te vayas de copas. Quiero bien lejos tus premios y tus amistades. Tus aventuras decorativas. Tus intenciones de hacerme un bizcochuelo, de cocinarme sin siquiera saber cocinar. Desde el momento en que me transformo en un obsesivo, en que vos me lo recriminás, abrimos una chance que no tiene retorno: la de mi locura y la de tu sinceridad de aceite que hierve. Si soy yo, me hago cargo. Te dejo por loco, porque los locos se bancan mejor cuando no hay mujeres con proyección familiar. Si sos vos la que no puede llevarme, te queda la culpa de haber sido una deficitaria compañera. Da lo mismo. Lo importante -lo necesario- es que yo deje de sentirme una carga o el limón que te arruina la fiesta en cada fin de semana. No voy a seguir bailando en este mambo de velorio payasesco, no tanto por el hecho de seguir el ritmo desafinado, más bien porque desde chico tengo pie plano y el traumatólogo me recomendó dejar de inmediato las piruetas al momento en que ya sienta que no piso cómodo.-
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(imagen extraída de aquí)