viernes, 29 de mayo de 2009

argumento

Por Mike Polvino
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Y entonces abrió su bata bordó frente a la pareja que protagonizaba un coito vulgar y trillado, y escupió su propia verga -escultural, brillosa y aceitada para la ocasión- en lo que fuere la muestra más sincera de intolerable soberbia dentro del rubro. Esa bendición de virilidad estremeció a la rubia, que ahora sí, permanecía inquieta y asustada sobre la cama de un set de filmación que no pudo más que rendirse ante el gesto característico de Nicanor Chesterton, que acto seguido le pidió permiso a ese actor mediocre que no dudó en correrse al notar su propia vergüenza frente a cámara. Así, Chesterton dio con una penetración exacta, que hizo temblar al cuerpo confundido, bastardeado, a una rubia que podría haber sido otra rubia o incluso cualquier otra mujer. Justo cuando todos creían que la película terminaba, que Chesterton había fracasado, que la pareja haría lo que se debe hacer para terminar de una buena vez con ese largometraje de inverosímil guión, con un argumento aburridísimo y con muy malos actores muy mal pagos -como corresponde-, lo profesional de Chesterton hizo de un film que pasaría de largo por los cines para adultos, una verdadera obra de colección. En esa misma película, en la brutalidad de un cuerpo venido a menos por el trabajo insalubre y el uso indiscriminado de drogas duras, en ese mismo escupitajo a su propio sexo, yacía la inmortalidad de un Chesterton glorioso.-
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(imagen extraída de aquí)

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