jueves, 26 de diciembre de 2013

Clooney


Me preguntan cómo estás y digo que sos madre: una criaturita diabólica ocupa el cien por ciento de tu capacidad intelectual, emocional y social. Ningún hombre adulto y con aires de George Clooney pendenciero había logrado siquiera retenerte durante una noche en su departamento con vista al corazón cocainómano de un Puerto Madero encendido para vos. Ahora, un mocoso que aún no cumplió ni tres años y se despeina mientras come polenta con la mano, te obliga a retroceder veinte mil casilleros en tu absurda maratón por conservar la impronta de mujer cool y juvenil. Nadie podría haber adivinado tu destino contradictorio, sometido, resignado. Sos solo una mamá y todo el tiempo sos eso. Ya no hay trucos en tu retórica desafiante. No existe nada más allá de tu irreverencia primeriza. Las fotos que subís al Facebook confirman que por estos días, el mundo es un sitio peor para todos. Más allá del terrorismo y la pobreza extrema, el universo es un lugar hostil desde que un imbécil enciclopedista como tu marido logró quedarse con una de las mentes más punzantes de mi círculo de confianza. No puedo más que sonreirle a la injusticia corrosiva. Por gente como vos, Obama es premio Nobel de la Paz y son best seller los libros de autoayuda de referentes africanos que en su puta vida van a enterarse de que soy yo quien debería estar firmando el cuaderno de comunicaciones de tu pibe.-
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imagen extraída de aquí.-

lunes, 18 de noviembre de 2013

conventillos

Había otra forma de hacerlo pero implicaba menos barro, cosa que en algún punto puede ser más elegante pero nunca será ni tan interesante ni tan divertido. Son lindas las columnas marmoladas, el piso en roble de eslavonia y los plumones Montblanc, pero más nos gusta el barro porque allí pertenecemos y de eso estamos hechos. El barro como punto de partida. El barro que es genuino porque es barro y no pretende ser crema. El barro: ni lodo ni fango, el tango habla del barro. Los pobres tienen hambre y calles de barro. Los peones andan con barro entre los dedos. En las ventanas de los conventillos del Centro se junta barro. Liniers -el barrio que nos enseñó el barro- tiene un barro que nos reconoce. El barro nos permite ser felices sin sentir culpa, caminar con la sangre dulce, abrazar con verdad. Me gusta el barro porque prefiero los pies en la tierra y tener una buena razón para no usar gemelos.-
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foto de NNN.-

martes, 5 de noviembre de 2013

descatalogadas

Se trata de una estructura circular -no supera los cuatro metros de diámetro- protegida por dieciséis columnas altas hasta las nubes y hechas del más delgado cristal. En el medio de cada columna hay reducidos espacios que ocupan flores de tantos colores como la escala cromática permite imaginar. Esas mismas flores -que a su vez cambian de color según la orientación de los distintos soles giratorios- parecen moverse cuando son abrazadas por el agua del manantial (circular) que protege el punto neurálgico de la estructura, de modo tal que con la luz de los soles y el viento húmedo, se forman incontables arcoiris que son atravesados por pájaros tornasolados, especies descatalogadas que desfilan por sobre la cascada infinita. El manantial arrastra perlas y diamantes que duermen al pie de las columnas de cristal. Una música muy liviana -podría ser un clave- suena todo el tiempo sin llegar a ser tediosa. Enredaderas doradas ganan las columnas y caen hasta el agua del manantial donde reposan en el fondo precioso. En el centro de la estructura, mi viejo duerme la siesta con un libro encima del pecho.-
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La foto es de NNN.-

lunes, 21 de octubre de 2013

tomate

Ver que los deseos de los amigos coinciden con los deseos de sus padres. 
No poder sostener un diálogo frívolo con personas intrascendentes.
Tolerar a las mujeres vencidas y a los alcoholes perfumados.
Llevar en las fiestas los regalos que la familia espera que uno lleve.
Cocinar sin sal. Acostarse temprano. Evitar el sol. 
Asumir la edad. Sonreír de fracaso. 
Saber que el desenlace podría haber sido mejor. 
Resignarse al aumento indiscriminado del precio del tomate.
Entender que cabe la abrumadora posibilidad de cenar solo. Cada noche.
Nada se compara con haber perdido la capacidad de sorpresa.-
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imagen extraída de aquí.-

lunes, 16 de septiembre de 2013

Longchamps

Disparabas cuando creías que me hacías un favor. Te bañabas en silencio y al salir de la ducha con un toallón en la cabeza, escribías nuestros nombres en el espejo empañado. Siempre te dije que mi nombre lleva tilde pero jamás me hiciste caso. Entonces disparabas. Con tus llamados a las tres de la mañana y la cocainómana expectativa de agradarle a los ascensoristas de Tribunales. Cuando redactaste tu historia para mostrársela a la familia y olvidaste mencionarme. Al recomendarle a mi médico clínico que me recomendara ir a terapia, entonces también disparabas. Disfrazados de policías, nos encerramos en los baños de la comisaría cuarta de Longchamps. Fui con un arma de verdad porque un amigo de la Metropolitana me había prestado el fierro. Te aferraste al gatillo y pasaste la lengua por la culata. No disparaste y salimos corriendo cuando escuchamos que una señora dijo que avisaría a la policía. En casa miramos Volver al futuro e hiciste ravioles con tuco y sin queso. Me gustan los ravioles con queso. Disparaste. Nunca entendí muy bien tu afición por la pólvora íntima. Que sedujeras al encargado de mi edificio, pidieras a tu mamá que me hiciera una macumba o constiparas a mi gato Filiberto. Voy a hacerte precio y tomaré los tres hechos como dos disparos. Preguntarás acaso por qué yo te haría precio a vos, que tanto disparaste contra este hombrecito desprotegido. Es una cuestión de simpatía numérica: siempre desconfié de los números impares.-
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imagen extraída de aquí.-

domingo, 1 de septiembre de 2013

carnavales

Oscar Alfredo Calbimonte, 53 años, casado, tres hijos, dueño de una austera parcela en el Conurbano bonaerense, barón del ranchito que él mismo erigió, obrero metalúrgico por herencia, el mayor de cinco hermanos criados en el barro de Marcos Juárez, sobrepeso moderado, pelo ralo y canoso, barba de tres días, ojos rasgados, piezas dentales incompletas y erosionadas por la fricción de los sánguches de milanesa completos, manos pesadas, leve desconfianza hacia todo lo conocido a través de la televisión, voz ronca, triglicéridos a tope, hígado graso, excesiva ginecomastia, hincha de Midland, los fines de semana gusta de usar camisas manga corta que deja desabrochadas durante todo el día, bicampeón de truco en el club Los Leones de Merlo, asiduo usuario del tren Sarmiento, mañoso para reparar artefactos eléctricos en su casa, ronquidos violentos, sentido del humor sensible, amistoso con sus amigos, reacio a contraer deudas: qué dirán de vos en los carnavales, Oscarcito querido, si por casualidad algún vago se entera de que ayer a la noche te measte en pleno lecho conyugal mientras divagabas en sueños.-
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lunes, 26 de agosto de 2013

antinaturalmente

Laura querida: me encanta escribir tu nombre porque no rima con ninguna palabra excepto con "aura", y bien sabemos que yo no creo en el aura aunque a esta altura tampoco creo en vos pero aún así me divierte escribir tu nombre en los bancos de las plazas y en las paredes de los hospitales públicos. Laura. Vista de perfil, la "L" es una silla sin patas; fuiste una amante con poca imaginación. Al margen de todo, "Laura" es una linda palabra. Contame ahora, Laura, cómo es andar por las calles de Saavedra con incertidumbre y bajo el riesgo permanente de cruzarnos en alguna dietética o estación de servicio. ¿Cómo es vivir con pánico? ¿Te dan vértigo los fines de semana? ¿Quién decidió que debías llamarte Laura? Qué absurdo eso de que la naturaleza te junte con una persona especial y que uno, antinaturalmente, ponga todo su empeño en separarse del sujeto elegido por el instinto. ¿Creés que eso a veces sucede? ¿No es algo infantil? Que dos personas se sientan especiales, una junto a la otra, únicas y épicas. No sé si lo habrás notado, Laura, pero mis dos apellidos hubiesen ido de perlas siguiendo a tus dos apellidos, los cuatro -y tu nombre encabezando el enunciado- estampados en el cuaderno de comunicaciones de nuestros hijos, ¿lo pensaste? Qué ridículo todo, Laura. Me hiciste tanto daño que tu nombre -tu vida- debería ir siempre en minúscula.-
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martes, 20 de agosto de 2013

juventud

Desde tu balcón se ve a un grupo de pibes que toman vino en un banco de plaza. Hombre pasa en moto. Dos gatos trepan árbol. La casa de iluminación es una esquina que parpadea en el silencio de Álvarez Thomas a las tres de la mañana. Fumo en la ventana aunque sé que no te gusta que fume, por eso fingís leer una revista de crochet que hace tres meses llegó por error a tu departamento. Movés las piernas debajo de la frazada, los anteojos caen hasta el filo de tu nariz, el vaso con agua sobre un best seller de literatura erótica y todo eso es alcanzado por la luz seca de un velador precioso pero que no alumbra. Mis viejas llaves de tu casa de soltera permanecen dentro de una media con lunares, al fondo de uno de los cajones del baño. No pretendo que esto sea un bosquejo lírico porque tampoco pretendo encantarte (otra vez). Ya no busco que vuelvan las narraciones de nuestra juventud, la forma en que nos mirábamos para elegirnos, las palabras exactas en los momentos de sexo pizzicato. Tampoco necesito la sonrisa del encargado del edificio ni la aprobación de tu familia lejana. Me conformo con que me dejes fumar en paz y saberte a mis espaldas, con tus ojos corridos hacia la ventana. Ya no pretendo medirme con los amigos de fin de semana, contar hazañas académicas y escuchar anécdotas preescolares. No quiero nada para mi próximo cumpleaños, no intentes ser original. Si estoy de humor, tal vez visite a mamá. Ya no pretendo la fauna y la flora de la dicha ni me interesa consultar a las brujas por el futuro que quisimos y que resultó bien distinto al que improvisamos. Ahora roncás con la revista de crochet sobre el pecho. Tus anteojos cayeron a las sábanas. Ya no pretendo casi nada que no haya conseguido y aunque no sé si eso habla bien de mí, estoy seguro de que habla bien de vos.-
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lunes, 12 de agosto de 2013

derrame

Rezaré para que se haga un tajo en el cielo celeste bebé, aparezca una mano inédita y te cubra entera con la luz de la humildad y la madurez. Si acaso esa luz no te hace una mejor persona, rezaré entonces para que al menos ese derrame divino te pulverice en la fila de algún banco bonaerense o al bajar las escaleras de la facultad en la que das clases. Tus cenizas vendrán a pegarse en mi ventana: ni la soberbia romántica ni la muerte absurda logran torcer el instinto reincidente de los binomios exactos.-
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jueves, 8 de agosto de 2013

gemelas

¿Qué posibilidades hay de que dos personas que no se conocen personalmente se reconozcan dentro de un colectivo? Dos mujeres que jamás se vieron pero que se imaginan a ciegas, gracias a la descripción de un mismo hombre que, a su vez, las conoce bien a ambas pero que frente a cada una de ellas -por una cuestión de protocolo y delicadeza- omite detalles íntimos de la tercera a la que se alude. ¿Pueden en verdad intuirse, leerse en situaciones gemelas, saberse en los mismos lugares y en la misma posición sobre el cuerpo del mismo hombre? ¿Pudieron haberse sostenido la mirada durante todo el recorrido del colectivo 29? Y en caso de no haberse reconocido, ¿Por qué una mujer centraría su atención durante 40 minutos en los ojos de otra mujer igual de interesada en los ojos contrarios? ¿Cómo habrá reaccionado el resto de los pasajeros frente a esa silenciosa fricción visual? ¿Alguien habrá insinuado algo por lo bajo, atento a la tensión de las dos mujeres ajenas al tránsito, al vendedor de películas en DVD y a los ruidos de la calle? De haberse cruzado, reconocido, mirado: ¿Hubo odio en ese desafiante intercambio? ¿Importa si lo hubo? ¿Debería importar? Y si en efecto importa que ellas se hayan cruzado, reconocido, mirado: ¿Cómo es que Él supo -sin que ellas se lo contaran- que al odiarse, terminaron por hacerse solidarias en la idéntica herida?.-
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miércoles, 31 de julio de 2013

menguante

Vendrán los hermanos pidiendo certezas: van a encontrarme trazando líneas negras sobre una cartulina blanca e incertidumbre. Me verán de espaldas, sentado frente a mi escritorio de estilo, el pelo revuelto y la expresión inmóvil. Los ojos hundidos en mi seguridad, ojeras crueles, recogidas las mangas de mi camisa, los zapatos aún anudados y brillosos, bastará con que digan mi nombre una sola vez para que yo los reciba y se pongan en fila contra la ventana por la que entra el sol a cualquier hora del día. Fingiré desinterés por sus preocupaciones. Los atenderé concentrado en cualquier otro asunto menor. Hermanos míos, que se convocaron para pedir explicaciones, para que yo detalle lo que quiso la naturaleza caprichosa y me miran con sus caras primaveras, con su tristeza menguante y la expresión derrotada: yo no tengo mucho que decir. Sé que siempre aseguré que siempre tendría algo para decir, pero no voy a mentirles (esta vez). Estoy aquí, en el espacio que debo ocupar, donde ustedes me quisieron. Es el rincón que yo elegí para sufrir esta herida silenciosa. Pero no tengo revelaciones. Sonrío con los dientes apretados. Los abrazo sin llorar. Hermanos míos, lo bueno es que nos tenemos entre nosotros. Extenderé las manos para soportar la caída de la estructura. Lo haré callado, de traje y solo, que yo también tengo mis cábalas para sentir el pánico.-
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martes, 16 de julio de 2013

intergalácticos

-Papá, ¿qué es el arrepentimiento?
Podrían preguntar sobre la procreación humana, demandar computadoras supersónicas y PlayStations conectadas a satélites intergalácticos. Podrían también exigir explicaciones convincentes acerca de la desigualdad social, la violencia y los asesinos seriales en el mundo. Pero no. Antes que nada, los hijos que aún no tengo van a ser crueles, porque ser cruel es divertido e instintivo y porque la miseria es lo primero que se hereda. No sabré qué decir cuando me pidan definiciones sobre el arrepentimiento. De nada van a servir los títulos universitarios obtenidos, las constancias de asistencia a conferencias aburridísimas en el Noroeste del conocimiento sexual o los consejos que incluso me dio mi propio padre sin siquiera imaginar que algún día, dentro de largos años, vendría a tomarme examen un escuadrón de criaturas que aún se golpean la cabeza con las puntas de la mesa del comedor. Hijos míos: según la Real Academia Española, el arrepentimiento es el "pesar de haber hecho algo", y ellos no entenderán nada, mirarán con cara de qué padre choto que tenemos, no sabrán aún lo que es un padre choto en serio pero van a adivinar que están frente a uno de pura cepa, un padre genuinamente choto, falto de ideas, carente de gracia y sentido y coraje y respuestas para hijos curiosos. Al ver al fin esas caritas derrotadas, voy a sonreír con honda satisfacción: cualquier fracaso silencioso será mejor que definirles tu nombre.-
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miércoles, 10 de julio de 2013

Saavedra

Muñeca kirchnerista, que desplegaste sobre mi cuerpo desnudo todo el fulgor nacional y popular de nuestras intimidades confundidas, que te acercaste siempre con dudas hasta entregarte al ronquido viril y bestial de quien suscribe, te burlaste de mis descuentos en albergues transitorios y me ensuciaste la camisa obrera con tus esmaltes de caza nocturna. No supe reaccionar ante tu peso pluma y el encanto militante que esgrimiste en las discretas parrillitas de la Saavedra más romántica: hice lo que pude -no habrá sido todo lo que esperabas- pero siempre fui honesto. Vos no podés decir que tuviste coraje y eso es algo que vas a reprocharte en algún momento. Muñeca kirchnerista, que te preparás para la revolución cultural alimentándote de la más nociva comida chatarra, me hiciste aumentar de peso a tasas chinas y conducir kilómetros y kilómetros hacia tus caprichos más sofisticados. Te quise con afecto cipayo y lealtad eterna. No me duele tanto que te haya ganado este pánico infantil: me hirió de muerte nuestro condicional simple trunco, el hecho de que me invitaras a un paso de comedia que nunca tuvo sentido.-
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imagen extraída de aquí.-

lunes, 8 de julio de 2013

Praia

Enredado en un ovillo de lana violeta, sentado en el piso del baño de huéspedes -la espalda contra el radiador hirviente, ojos vedados por la conjuntivitis de la nostalgia, los pies descalzos y confundidos de frío- miro en Facebook las fotos que subiste este último verano en Praia do Rosa. A todas les doy Me gusta; el sistema no hace preguntas. Llevabas puesta una malla turquesa y por las noches, un inexorable mulato anexado a tu cadera. Siempre uno distinto: celebro la amistad entre los pueblos pero no veo por qué vos hayas tenido que ser el anzuelo diplomático para mejorar las relaciones internacionales. En enero aún recordabas mi número de teléfono. Incluso llegaste a traerme un joystick de PlayStation que compraste en la Triple Frontera y que jamás pudimos hacer funcionar. No me molestó tu souvenir inservible porque siempre supiste sonreír de esa forma estúpida que me impedía hacerte ningún reproche. Al margen, tenías razón con lo de la losa radiante: nunca debí haber elegido un departamento antiguo y hostil. Me lo merezco por prescindir de una vida con amenities, pero al menos en Crónica TV están dando ese programa de muertes trágicas de los famosos y aún puedo mover los dedos de las manos. En alguna alacena dejaste una lata de atún. Lástima que no coma pescado. Esta noche tal vez duerma con las ventanas cerradas y todas las hornallas de la cocina encendidas.-
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imagen extraída de aquí.-

miércoles, 26 de junio de 2013

hachís

43 kilos es el máximo de carga permitido para equipajes de mano en la aduana de Liechtenstein.
En el Almagro Boxing Club entrena un tandilense de 14 años cuyo cross de izquierda equivale a recibir el impacto de 43 kilos en caída libre.
Hace 23 días, la Guardia Civil detuvo a tres hombres que llevaban 43 kilos de hachís en el baúl de un Seat amarillo.
El pionono más grande del mundo fue hecho por la Escuela de Pastelería de Tokio. Usaron 2682 huevos y 43 kilos de azúcar rubia.
43 kilos pesó el surubí más grande que se haya pescado en las aguas del Río Uruguay.
Ella -rubia y de afecto nockeador- pesa 43 kilos y sale a pescar sin equipaje ni anzuelos amarillos.-
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imagen extraída de aquí.-

lunes, 24 de junio de 2013

panqueques

Catorce pasos me separan del lugar en el que Laura lava los platos. Cabe aclarar que los catorce pasos que me separan de Laura -que está en la cocina y lleva puesto un delantal que cubre su camisa y la falda con la que fue a trabajar-, son catorce pasos míos, es decir, unos veintidós de ella. Hundido en el sillón del living, levanto los ojos por encima del diario de hoy para verle la espalda: se le transluce la ropa interior negra. Entre ella y yo debe haber una distancia cercana a cinco sillones como este, en el que permanezco sentado, mientras Laura prende fuego las cortinas luego de pretender hacerme “el panqueque más rico del mundo”. Es que te gustan tanto, hoy te hago, nunca cocino panqueques pero hoy te hago, me van a salir divinos, vas a ver, insistió Laura hace veintitrés minutos. Ahora está inmóvil frente al fuego: sostiene un balde lleno de agua y le tiemblan las piernas. Las llamas llegan al techo y pintan de negro el cielo raso que aún no terminamos de pagar. Calor. Me saco los zapatos con los pies. Laura observa cómo el fuego gana el barral de madera que sostiene las cortinas y algunos cuadros que ella misma decidió ubicar en las paredes de la cocina. Sin dejar de darme la espalda, vierte en el suelo el agua del balde. Laura, ¿Vos prendiste la calefacción? Le pregunto y ella dice que ya la apaga, que estas noches estuvo haciendo mucho frío, que no quiere que discutamos otra vez por la frazada.
Si tuviésemos un perro -un perro chico, de esos que la gente de Palermo suele comprar en veterinarias especializadas para no sentirse tan sola en su departamento con muebles de diseño- calculo que cerca de diez perritos y medio me separarían ahora mismo de Laura. El perro debería ser blanco y lampiño: si fuese como esos animales de felpa, carismáticos y de pelaje largo y ondulado, en este instante sería una antorcha en el medio de nuestra cocina. Ya salen los panqueques, explica Laura sin dejar de darme la espalda. Transpira: lo sé porque le brilla la nuca. Leo los chistes del diario, las cartas de lectores -alguien se queja de una publicación con faltas de ortografía- y el pronóstico extendido. Laura, no sabés lo que dice el horóscopo de esta semana para los de Géminis, cuando lo veas no lo vas a poder creer. Revientan los vidrios de las ventanas y las llamas alcanzan la alfombra del living. Un humo negro llena de a poco todos los ambientes de la casa, sube por la escalera, rodea el piano y mis libros. Desde la cocina, Laura ríe y tose mientras camina hacia el living: apenas puedo verla saltar para no quemarse con el fuego de la alfombra. De pie frente a mí, lleva sus anteojos empañados y una sonrisa por la que escapan mínimos dientes blancos. Antes de sentarse en mi falda -el fuego trepa por mis medias y hace contacto con el papel del diario que aún intento leer casi a oscuras-, me besa en el cuello. ¿Sabés qué, Laura? Si no fuese por el piso alfombrado, quizá podríamos comprar un perro.-
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obra de Jim Schaeffing, extraída de aquí.-

lunes, 17 de junio de 2013

lupanar

Quiero a mis amigos y no hay amor más genuino que el de los hombres heterosexuales hacia los hombres de la misma condición. Es un amor sin seducción pánfila ni delicioso histeriqueo. Los quiero aunque esgriman las banderas más vomitadas de la adolescencia, e improvisen agresiones verbales cuando están borrachos, e insistan con despilfarrar sus sueldos para ser Very Important People en un lupanar Very Improbable de Progreso. Los quiero con amor del bueno, pese a que tropiecen con sus ínfulas de nenes bien que no terminan de querer asumirse. Son soberbios, malhumorados, aspiracionales, egoístas. Miden buena parte de sus logros en términos económicos. Libran cada fin de semana todos sus peces al mismo río. Pero los quiero. Y eso que a veces son seres sin memoria. Suelen olvidarse de quienes estuvimos cuando el cáncer estuvo entre nosotros. No recuerdan los hospitales recorridos ni las salas velatorias en las que hicimos bulto, uno frente al otro, tan solo para vernos las caras destruidas. Mis amigos -a los que quiero, claro- también llaman amigos a los eternos compañeros de victorias liliputienses, esos que solo aparecen cuando las luces están encendidas, los que les llaman a ellos con un apodo sofisticado, pergeñado en algún Club House en la periferia de la Buenos Aires más interesada. Quiero a mis amigos aunque estén equivocados y amar a alguien -aún en el error- es la única prueba de que uno siente lo correcto.-
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imagen extraída de aquí.-

lunes, 10 de junio de 2013

Melba

Mi muñeca kirchnerista controla precios en el supermercado chino de su barrio. Lleva puesta una falda larga color negro, tacos altos y la remera de La Cámpora debajo de su saquito de pana bordó. Saluda con una sonrisa a la cajera: las plantas de lechuga se rinden ante sus pies cuando ella pasa por delante. Baila mi muñeca kirchnerista entre las góndolas mal jerarquizadas: cambia los precios de los productos y anota todo en una planilla que le acercó su padre político, un gordo bebedor de anís en botella plástica el cual la sueña desnuda en cada reunión de la militancia. Ahora canta la canción que suena en los parlantes del supermercado: un tema de Michael Bublé que en la intimidad, me juró que detestaba por cursi. Baila y canta frente a los yogures que aceleran el tránsito lento, entre los pasillos de panes lactales y gaseosas ignotas. Usa de micrófono un paquete de galletitas Melba. Agita la cabeza y su pelo negro se mueve con ella. Se ríe mientras mira las luces del techo. La china de la caja la examina con marciana desconfianza. Una vieja se le acerca y le pregunta ¿Cuánto te paga La Cámpora para ser tan pelotuda? Mi muñeca kirchnerista le responde con una sonrisa que la vieja no logra comprender. Desde la puerta, la observo cantar You'll Make Me Work So We Can Work To Work It Out, y me mira, ríe a carcajadas, cierro los ojos con fuerza y romántica resignación mientras a sus espaldas, los packs familiares de alfajores comienzan a caerse en una cascada de dulzura y pleitesía eterna.-
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imagen extraída de aquí.-

miércoles, 5 de junio de 2013

porcelana

Mi muñeca kirchnerista duerme hundida entre algodones: las sábanas que la cubren la ahogan en un sueño recurrente. Ella dice que en sus sueños siempre habla conmigo pero nunca detalla de qué hablamos en sus sueños. Suele acomodarse en mi pecho: inventó un punto cardinal que solo ella reconoce. Le gusta el chocolate en rama y mirar fijo a los animales. Cuando abre bien los ojos, despliega todo su encanto de muñeca prestada. Se ríe de las desgracias propias. Choca autos en los estacionamientos, habla de Platón y de la libido de los abuelos. Lleva sus libritos a la Facultad de Derecho y rechaza con diplomacia las invitaciones de los docentes adjuntos. Le canta canciones peronistas a un perro que tuvo y que ya se murió. Yo le escribo algunas líneas discretas para que aún sepa que le dedico mis mejores horas de porcelana.-
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imagen extraída de aquí.-

miércoles, 29 de mayo de 2013

bosnias

Si esto se da entre nosotros -querida-, tendremos de todo menos paz en el mundo: las pirámides bosnias se abrirán en gajos, partidas por la dulzura de los rayos ultravioleta; el monstruo Nahuelito va a emerger de las aguas heladas para incorporarse como una bailarina clásica y gritar nuestros nombres en dialecto élfico; estallarán todas las latas de bebidas energizantes en los frigobares de los telos del Conurbano; en las bibliotecas domésticas, las Biblias arderán en el capítulo 28 del libro de Mateo, versículo 20; caerá el polarizado furioso de los coches diplomáticos y sembraré -para vos- alfajores de terciopelo bordó con los que comulgaremos en las meriendas de invierno. Tendré que salir a buscar un crédito blando para solventar la inmensa cantidad de destrozos que haremos juntos: Dios mío, qué van a decir de nosotros en el Jockey Club al que asisten tus padres y qué dirán tus padres cuando vean cómo nos reímos del caos, trepados a una nube con forma de un continente que no conozco ni me interesa conocer.-
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imagen extraída de aquí.-

lunes, 27 de mayo de 2013

celíaco

Herido prefiero el silencio.
Corrí toda la noche por las calles de tu barrio. Corrí desnudo y herido y en silencio, con la boca y las manos apretadas en sangre. Llené de rojo los malvones de tu vecino celíaco. Escribí nuestros nombres dentro de un corazón, en la pared de la comisaría. En posición fetal, lloré abandonado y sin hacer ruido sobre el capó de un Ford Falcon abandonado, yo tan herido y en silencio y en sangre, perdido sin chances por las calles de tu barrio, porque de tanto dolor me olvidé de hasta en qué casa vivías y desnudo no hago preguntas a la gente que no conozco. Desnudo tampoco respondo preguntas. Desnudo prefiero el silencio y eso también lo sabías.-
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imagen extraída de aquí.-

martes, 21 de mayo de 2013

perejil

Sé que me engañás y es obvio, querida:
me doy cuenta porque no reaccionás como antes,
porque en el sexo ahora planteás más variantes
y porque insistís para que cenemos juntos en Frida.
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No entiendo muy bien qué te da ese perejil
pero todo mejora desde que dormís con el hijo de puta:
en la alacena hay yerba, en la heladera siempre hay fruta
y van en alza las acciones que compré de Cargill.
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Sonreís y aceptás ir a cada bautismo familiar.
Buscás trabajar menos e insistís para lavar mi ropa,
me hacés masajes en el cuello cuando juega River-Boca
y comprás en Groupon "escapadas románticas" a Pilar.
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Es lindo ver que sos feliz con otro hombre
mientras a mí me hacés el cuento del tío.
Solo espero que no me metas en algún lío
cuando te quieras separar y dejarme sin un cobre.-
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imagen extraída de aquí.-

domingo, 12 de mayo de 2013

Beccaria


Querida Laura:
estos días anduve pensando demasiado en vos
y ni siquiera me resultás atractiva
(Laura, quiero aclararte que no pienso tanto en mujeres
que no me resultan atractivas).
Mientras manejaba hacia la casa de mi novia
recordé tu sonrisa bajo esos anteojos anaranjados.
Tomé Cabildo a noventa kilómetros por hora,
durante todo el trayecto intenté imitar tu tono de voz
y comí al hilo dos pastillas de frambuesa:
me metí una en la boca
cuando todavía no había terminado la primera.
Laura, pasé varios semáforos en rojo.
podrías haberme matado, Laura:
qué inconsciente de tu parte.
Laura querida,
me imaginé cómo serían nuestros hijos.
Dibujé a tus padres en una cartulina verde agua. 
También al perro que supuse que te gustaría tener.
No se me ocurrió nada sobre tu abuela y hermanos.
También nos vi acostados en la cama king size
de un dos ambientes en Palermo.
Yo, con un libro de Beccaria;
vos, con el control remoto entre las manos,
semidormida y semidesnuda,
el televisor clavado en una serie yanqui.
Tal vez hubiese dejado el libro
para darte un beso en el cuello.
Y ni siquiera me resultás atractiva.-
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obra de Jim Schaeffing, extraída de aquí.- 

miércoles, 8 de mayo de 2013

inquietud

Asistimos juntos al deceso público de nuestra última inquietud conyugal: yo concurro al evento de frac -siempre quise alquilar uno y es el mismo que imaginé para nuestro trunco casamiento- y vos con un deshabillé azul marino. Si te hubieses vestido así antes de que la ola nos tapara, quizá hubiésemos improvisado a tiempo las reconciliaciones que hoy nos reprochamos. Sé que no te gustan mucho estos lugares -ceniceros con caramelos Media Hora y el insoportable olor a humedad de geriátrico en Villa Urquiza-, que hubieses preferido ir de shopping o a merendar al Palacio Duhau, pero al menos no está mi tía Elsa y en algún rincón habrá café instantáneo. Dado que vinimos a celebrar el dolor que nos causamos en estos días, confieso que te viniste muy elegante. Yo hago lo que puedo y al menos me peiné. Fueron lindos los años de ametralladoras en la cena y escenas ametralladas. Voy a conservar las pegatinas que ubicaste sobre el bidet aunque tal vez saque el bidet y ponga un flipper junto al inodoro. Agradezco que hayas traído flores: es un detalle insignificante el hecho de que supieras que soy alérgico al polen. Lamento que debas fumarte este velorio protocolar. Peor hubiese sido compartir juntos y en silenciosa guerra fría el baby shower de una compañera del trabajo: nada más incómodo que caretearle una sonrisa a la felicidad ajena y al horror de los hijos que no vamos a tener.-
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imagen extraída de aquí.-

martes, 30 de abril de 2013

Colillas


Eyacular sin pasión. Esbozar un disparo blanco, certero, deportivo.
Eyacular en serie. Con displicencia y aburrimiento. Sin orgasmo.
Frente a la foto de una modelo en una revista. Frente a una modelo.
Hacerlo con desgano. Honrar la vida, la libertad inodora, la imaginación.
No sé si alguna vez te pasó eso de eyacular y no sentir nada nuevo.
Todo está como antes de haber eyaculado. Las cosas ordenadas y las desordenadas.
En la calle, manifestaciones de empleados estatales que piden aumento de sueldos.
Una mujer corta cebolla. Bocinas y pozos en las avenidas del Centro.
La grúa que remolca vehículos. Colillas de cigarrillo en el cordón de la vereda.
Mientras tanto, una eyaculación mecánica frente al portón de la mediocridad.
Es una flema insensata, un acto reflejo sin acto.
Eyacular dentro de una mujer o fuera de ella.
Saber que eyacular no llevará a nada.
Que uno siempre acaba pero jamás termina.- 

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imagen extraída de aquí.-

martes, 23 de abril de 2013

Slims


-Chau mar, volveremos pronto.
No le mientas al mar y menos en invierno. Haceme el favor y no engañes a la Costa Atlántica, a la espuma que se queda en la arena de Pinamar, a la fauna marina que hace turismo en el agua helada, a las conchillas, berberechos, caracoles, peces, tiburones, aguas vivas, hombres muertos, broches para el cabello que pierden las chicas lindas cuando son arrastradas por la violencia de las olas que les corre la bikini, al choclero que se rasca el oído y a las dos viejas con sombreros tipo Capitán Piluso que juegan al tejo y fuman cigarrillos Virginia Slims. No seas mentirosa, querés. Y sé educada, que para algo te floreás con tus tres idiomas y la educación del colegio privado. 
En estos días bebimos vino con cada comida y sin siquiera mirarnos a los ojos. Dormimos espalda con espalda. Ronqué sin el menor reparo. Aún así, decidiste ponerte de rodillas -tus manos en la arena, besos al aire, sonrisa publicitaria- para decirle al mar que volveríamos. Fuiste perversa y cínica, heriste el alma líquida del mar más ingenuo. No sé cómo pudiste hacerlo, cómo te atreviste a mentirle en la cara al mar. Libraste tu despedida a la promesa de un plural imposible y aún con la certeza -o con una mínima sospecha- de que vos y yo no vamos a volver a la playa, o al menos no lo haremos juntos. Dejá de fabular y no me hagas parte de tus mentiras, te lo dije varias veces -
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imagen de NNN.-

lunes, 8 de abril de 2013

quinotos


Tenías razón con lo del viaje, necesitaba cambiar de aire y bajar la tensión permanente. Hace bien esto de caminar entre las galerías de árboles, pasear con los ojos cerrados, oír las quejas de los pájaros cuando seducen, tocar las flores silvestres y sentir cómo el rocío estropea la gamuza de mis zapatos. De vez en cuando me llevo un vaso de jugo de naranja al parque y tomo un libro de Indra Devi que encontré en la biblioteca. ¿Sabías que Indra Devi nació en Letonia? Todavía no logro interesarme por lo que dice, pero me sirve para tener algo en las manos y evitar fumar, porque acá te miran como a un terrorista si fumás al aire libre, relajado, acostado en el pasto y con los ojos en el cielo. Están todos muy tranquilos, cada uno en la suya, pero observan. Controlan espiritualmente al otro. Hay momentos en los que un tipo de rastas pone una música indescifrable y que no se puede ni bailar ni tararear pero que sirve para mantener a la gente en silencio. Es un lugar discreto pero te gustaría venir a sacar fotos. Hay mariposas de miles de colores, revolotean sobre la cabeza de cualquiera y se llevan muy bien con los colibríes que también revolotean alrededor de los visitantes: festejan que uno esté ahí, en el bosque, quietito y en contacto con la naturaleza. Esos bichitos no son ningunos tontos, se dan cuenta de todo. Son criaturas preciosas, un poco densas cuando uno sale a caminar, porque andar con una nube de cositas que vuelan...pero todo es tranquilo. Hay una mujer, Eloísa, que oficia de guía turística en este lugar fascinante. Es una señora mayor con anteojos anchos, tiene pelo corto y dorado -un dorado bastante opaco, tirando a dorado virulana-, siempre lleva bermudas verde militar, una remera blanca y jamás usa corpiño. Habla tan despacio que a veces dan ganas de pedirle que termine la idea de una vez, pero acá la gente no tiene apuro así que no le hacen reclamos. No hay nada que hacer excepto escuchar a Eloísa llenar el día con datos históricos y números incomprobables sobre la cantidad de especies de plantas y animales que hay acá, porque también hay animales, animalitos, en especial ardillas que hacen morisquetas cuando uno las mira. También hay un lago con flamencos o garzas o cisnes y un acuario enorme, pero nunca fui a ninguna de las dos atracciones -acá le dicen "atracciones"- porque en mi casa siempre me dijeron que los peces dan mala suerte y eso me mantiene alejado del agua. Pero las ardillas no dan mala suerte. No dan nada pero ayudan a pasar el tiempo de descanso en este paraíso sin estímulos ni problemas ni tabaco. No hay nada nuevo en que pensar, pero tenías razón, este lugar es tan increíble como se veía en la página web. Seguro que a tu primo, el que había caído en cana y ahora está en rehabilitación, le encantaría. Deberían distinguirlo como Patrimonio Universal de la Humanidad o como Maravilla del Mundo (si es que ya no es una de las Siete Maravillas). A vos también te encantaría. Se te abren los pulmones, sentís todos los olores y en el desayuno sirven tostadas con mermelada casera. Probé la de quinotos y es muy buena. La de pomelo (no sé cómo hacen) tiene gusto a berenjenas, esa sí que es un asco. En el almuerzo y la cena también es todo muy light, te vas a dormir liviano, es imposible tener pesadillas. Es tan lindo sentir tanta paz y armonía. Fue una suerte venir a este lugar aunque el bosque, los árboles que se mueven con el viento, los jugos de naranjas y los animalitos mudos de tranquilidad, solo hicieron que viva obsesionado con el eufórico deseo de que tengamos sexo violento al pie del lago de los cisnes.-
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la imagen es de NNN.-

miércoles, 27 de marzo de 2013

Everest


Come fly with me, let's fly, let's fly away. Frank Sinatra quería escapar: acaso la belleza cosmopolita no le era suficiente, no le alcanzaba con penetrar a la mujer que se le pusiera en frente, con tener acceso ilimitado a las mejores drogas de la Hollywood dorada, con ostentar un talento genuino con una voz genuina, un centenar de tarjetas de crédito con respaldo ilimitado en cualquier país del mundo, viajes de cortesía, amas de llaves bilingües, trajes de terciopelo y corbatines de seda, la disposición incondicional de la mafia para encaminar cualquier tipo de tareas ilícitas y cenas en el Everest de una fama correspondida.
Come fly with me, let's float down to Peru. La puta que te parió, Frank. Tenías París, Moscú, Amsterdam y Barcelona. De seguro tenías millas acumuladas para tomarte un avión ida y vuelta a una estrella con tu nombre, pero decidiste que Perú podría ser un gran destino. Pusiste la mira en una zona de clima inestable, con altísima probabilidad de sismos, gente doblada por las noches y quebrada en castellano. Ahí no hay rubias de New York. No sé cómo hubieras hecho para cambiar tu paladar.
Once I get you up there where the air is rarified. No hay nada para ver. Desde arriba, en un punto cenital, las cosas son aún más insignificantes: las casas forman parte de un enorme tablero para juegos de mesa, un gran Monopoly de colorida miseria y riqueza caprichosa, los ríos se vuelven hilos de agua vertida en la mesa de la cocina de casa, la gente se hace puntitos estrellados contra una postal helada. Escapar hacia el cielo nunca resulta una buena opción. Nada se ve más grande desde arriba. Salvo el vacío.-
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imagen extraída de aquí.-

miércoles, 13 de marzo de 2013

LAN

No pude matarte, no tuve coraje
pero me hiciste un favor al irte de viaje.
Te fuiste sola (con el equipaje),
llamaste a LAN para cerrar mi pasaje.
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Ya me imagino a tu ropa de encaje
en manos de amantes de cabotaje.
Manos de mancos que no hay quien ataje
Si acaso fracasa ese malevaje.
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Al menos te pido, comprame ese traje
que llevaba puesto Antonio Laje. 
No iré al aeropuerto a ver tu abordaje
pero quizá te espere en el peaje.
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Si en pleno delirio te ahoga el paisaje
y ves que perdiste hasta el fuselaje,
bajá las armas, colgá el montaje: 
volvé al patrón que coronó tu linaje.-
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imagen extraída de aquí.-

lunes, 4 de marzo de 2013

Nosocomiales

Rezarle tantas noches a la Virgencita de las Médulas Óseas. Tantas plegarias volcadas al Santo de los Accidentes de Tránsito en las Avenidas de la Belgrano más eufórica. Tantas peregrinaciones hacia la Catedral de los Milagros Nosocomiales, procesiones por los pasillos de las guardias en los sanatorios, el denso Via Crucis en las pizzerías ubicadas en la periferia del hospital donde estuviste 35 días internada. Todo eso para que jamás tuvieras que preguntarte si en verdad Dios existe.-
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imagen extraída de aquí.-

lunes, 25 de febrero de 2013

Corbusier

Volver a ser una pareja hipster: 
llenarnos la boca de drogas en blister,
viajar por el mundo, que me digan mister
y tener el VIP cuando toque Scissor Sisters.
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Ser hipsters a más no poder, 
coger sobre sillones Le Corbusier.
Pintar nuestros muebles y besarte al tejer
benditas vendas que no nos dejen ver.
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Seremos hipsters en mocasines: 
Haremos lecturas, ciclos en cines,
cines en el living y escarpines
cuando venga un hijo al que llamar Jean Joquines.-
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imagen extraída de aquí.-

domingo, 17 de febrero de 2013

falda

Te espero en la oficina en donde los guardavidas depositan a los niños perdidos en la playa y jamás reclamados, anónimas criaturitas multiaplaudidas y olvidadas por un binomio de padres ausentes o imbéciles o imprudentes, comedores seriales de choclos bañados en manteca, sal gruesa y humillación vacacional. Aguardo sentado en el último banco de la derecha. Soy el chico del jopo despeinado con el agua de mar. Por si no me identificás, llevaré una cinta roja anudada en el dedo índice y una escopeta calibre 16 sobre la falda.-
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imagen extraída de aquí.-

jueves, 31 de enero de 2013

cajita

Termina la repetición de algún programa de chimentos, en la calle se corta la luz, las chicas lindas apagan sus teléfonos celulares y uno queda pedaleando en el aliento de la noche pegajosa. Tal vez me masturbe con la voz del 113 y si lo recuerdo, antes de dormir, voy a improvisar un rezo famélico hacia el Dios pigmeo que vive adentro de la cajita de tus anteojos.-
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Foto de Robbie Augspurger, extraída de aquí.-

jueves, 17 de enero de 2013

monotributo


Te busco en Google para enterarme si algo cambió. Tecleo tu apellido sin tilde, tu nombre y tu seudónimo con violencia. Veo tus fotos desperdigadas en las páginas de pornografía amateur, amigos en común y advertencias cibernéticas de organismos recaudadores de impuestos. Cuando se enteren de que adeudás varios meses del monotributo, vas a tener que vender tu bicicleta inglesa para ensanchar las arcas del Estado.
Te busco a vos y me busco a mí: no sea cosa que la tecnología vuelva a enlazarnos y nosotros acá, sin darnos cuenta, viviendo alejados, en una realidad prestada. No quiero saber si estás bien, si te mudaste o compraste un BlackBerry. Si arreglaste la silla de tu escritorio y limpiaste la sangre del mosquito que maté mientras dormíamos la siesta en diciembre de 2009. No quiero saber si algo cambió porque tampoco tengo claro qué es peor: si enterarse de que nada cambió o de que todo sigue igual a como yo lo dejé.-
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Imagen extraída de acá.-