lunes, 30 de mayo de 2011

Schwanek

Un cabello rubio: veintidós centímetros de una hebra dorada, pelo extraviado que fue a quedarse sobre mi pullover bordó y que luego encontraría tu mano curiosa, que suele hacer turismo sobre mi cuerpo para corroborar que en efecto, no hay otras melenas que se quedan a dormir en mi pecho. Tu mano es un policía pasado a retiro por turbio y mala leche, por mandar en cana sin orden de arresto, cinco dedos afines a la actividad represiva-conyugal. Y un cabello rubio es un cabello rubio: para vos, parte de la evidencia más incriminante; para mí, ese cabello rubio es un tirito que no admite careteo. Si hubiese sido castaño podría haber dicho que era de mamá, de mi hermana o incluso tuyo, que sí, mi vida, no lo mencioné para no herirte, pero se te está cayendo el pelo, aunque poquito, no hay drama, no hace falta que averigües en Schwanek. Podría entonces haber sido negro, pero debió ser rubio. Amarillo, te diría. Extrovertido. Incandescente. Fluorescente. Luminoso: tanto que supiste verlo a la distancia. Y yo no supe responderte que no cuando me preguntaste si la otra era rubia.-
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(imagen extraída de aquí)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

el que poco abarca mucho aprieta;
y el que mucho aprieta recoge todo lo que desparrama.

Excelente post, nadienuncanada

And dijo...

El rubio es muy Botón, Siempre. Sabelo.
Tambien sabe que somo capaces de reconocer nuestros propios cabellos perdidos, asi como los familiares.
En estos casos solo quedan 2 opciones: Confesar o no.

Isabel dijo...

Yo te matooo!!! XD

Monica dijo...

es horrible cuando se empieza a caer el pelo. en mi apartamento en buenos aires hay cada vez mas pelos tirados y son mios.. no se que shampoo usar para parar estos episodios