En la
profilaxis y un avión supersónico.
En el
afán por convertir a un perro en una mascota de monoambiente.
En la
búsqueda de vacunas, prótesis y células madre.
En los
respiradores artificiales, los cuellos ortopédicos, el ácido
oxálico.
En los
helados de Persicco y la porra del Beto Márcico.
En las
recetas de Utilísima, estantes de fenólico y el paté de rémora.
En
ágapes de invierno y los jugos en polvo.
En tu
discursito tipo Séneca y la mandíbula corte Íudica.
En el
afecto fétido y la conservación física.
En los
discos genéricos y los reproductores de música.
En la
televisión pública, las anfetaminas, un dínamo.
En los
colorantes, las hamburguesas de McDonald's y la yerba dietética.
En el
milimétrico deseo de no cruzarte con él. Por Dios, que no haya
casualidades.
La
naturaleza va a las cruzadas con pistolas de cebita.-
.
.
(imagen extraída de aquí)
1 comentario:
Por Dios, que no haya casualidades.
Hace rato que no leía algo tan simple y que me dejara con el desayuno atragantado... gracias, supongo.
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