Gracias, decía el mensaje, y nada más. un Gracias sin punto final, sin espacio al principio, sin explicación ni justificativo ni teléfono de referencia a donde devolver el agradecimiento, contestar De nada. Ni responder se podía porque se ve que quien lo mandó, lo hizo desde la web o con uno de esos truquitos que usa la gente para cagar a los boludos. Y sí: a mí me cagaron, porque Ella, que nunca toca mis cosas y mucho menos mi celular, me leyó el mensaje mientras me bañaba, y descubrió ese Gracias estúpido, titilante en la pantalla, incoherente y de seguro femenino, porque los hombres no mandan mensajes para decir gracias y nada más, a lo sumo es un Gracias, loco, pero no un Gracias y sólo gracias, y arreglate con la bomba de vacío que te acabo de tirar. Fue un Gracias de muertita viva, de calladita, y la que calla, otorga -vaya uno a saber qué carajo es lo que otorga-. Lo que otorga dudo que pueda llegar a ser algo bueno: Ella tomó el celular, leyó el mensaje -"Gracias", dijo, a lo que le pregunté "¿Otra vez con tus ironías?"; y me respondió "eso es lo que dice el texto, pelotudo"- y comenzó a correrme con que así que ahora andás de favorcitos a otras mujeres. Le pregunté cómo sabía que era mujer, y me dijo que lo sabía. Y yo sé que lo sabe, el problema es que yo también lo sé aunque no sé de qué mujer se trata, porque un Gracias así en abstracto, dice muy poco, y el que poco dice mucho sabe siempre replica ella, pero esta vez no es así, no sé nada, y otra vez leo este Gracias y no sé qué pensar, Gracias de qué, por qué, para qué, Gracias y lareputamadrequeteparió.-
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(imagen extraída de aquí)
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