jueves, 8 de diciembre de 2011

calculadora

Estuve chequeando algunos datos astrológicos y -oh, sorpresa- descubrí que nuestros signos zodiacales ostentan una compatibilidad sexual abrumadora. Eso explica varias reacciones interesantes, entre ellas, tus mordidas en las mejillas y mi capricho por domarte desde la nuca. Pero más allá de eso -llamamos eso a tu signo de agua y el mío de fuego, y al despilfarro de la libido bien encaminada, a tus piernas electrizadas sobre mis piernas confundidas y al porro mejor invertido de toda la historia de la cultura estupefaciente postmoderna-, la bruja -porque claro, para el temita este de la compatibilidad, me asesoré con una especialista- sonrió con todos sus dientes para detallar que nos esperan días largos e intrigantes, de guerras pegajosas con canciones pegadizas y almohadones que se pegan. Como poco hay que hacer contra el destino -lo que de una u otra forma, parece que nos sucederá-, sugiero que guardemos la calma, que después de todo, es una de las características de Aries (que vendría a ser yo, ponele). Vos, en cambio, fría, calculadora y artística -así te describió la bruja, yo no tengo nada que ver-, vas a poner el hielo en este trago de estación. Y ambos, casi juntos, beberemos hasta donde podamos -la bruja habló de coger hasta donde se aguanten: yo no me atrevo a semejante diagnóstico-, sin hacernos las preguntas que vuelven amigos a los amantes.-
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(imagen extraída de aquí)

1 comentario:

Juliet Red dijo...

Qué benditas son las brujas, a veces...