Te trajeron en remis, te lavaron la cara, te dieron el vestidito blanco de flores amarillas y turquesas, te recogieron el pelo, te dieron un asiento -cómodo el asiento, de paño azul y respaldo reclinable, lindo, fino-, te pusieron la lagrimita en el ojo, te plantaron la cámara delante de los ojos, bajaron la música, encendieron las luces, armaron este silencio de velatorio en plena Isla Martín García, te libraron a un primerísimo primer plano, te ubicaron un decorado precioso, te dejaron ser, te dejaron, té, para mí con azúcar, para vos con edulcorante, 3 gotitas, 2 minutos de aire, una sola oportunidad y aquí nos vemos, dale, bailá, defendete, jugá con tu prosa prescolar, con tu consejo enemigo, con el poder de seducción que más de una vez nos convocó, me ablandó, me rompió, me atacó, me mordió, hacé algo con esta delirante materia prima, no sé, a mí nadie me explicó nada, yo pasé y te vi, ahora me quiero quedar, me voy a quedar, me voy, o bueno, un ratito más, ¿cuánto falta? ¿sirven algo? ¿sirve que me quede? ¿te sirve? OK, se me hizo tarde, no tengo nada que hacer pero ya es tardísimo, linda tu sillita de paño azul, linda vos, más lindo sería que me hablaras, o que hicieras algo, cualquier cosa pero no caigas de rodillas otra vez.-
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3 comentarios:
Ah, llegué a un lindo lugar, me quedaré un rato dando vueltas...
jugá con tu prosa prescolar
que hiriente
Pobrecita ahora si que no se anima a escribir nada...
Paciencia y coaching es la clave
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