
¿Qué te sirvo?, alguien me pregunta. Me da un poco de vergüenza pero digo y...un poquito de todo... y la misma persona que hizo el ofrecimiento me sonríe, complacida (alguna vez alguien me explicó que no está bien no comer un poco de todo).
La comida es impecable, como en la primera cena. Solo que en esta última oportunidad, aprovecho la mesa dulce -mi "suegra" habla de mí, por primera vez en la vida, como su "yerno", y eso me genera mucha simpatía- y me sirvo algo que le dicen suspiro. Entonces se produce un momento mágico, casi religioso, en el que descubro a un nuevo amigo, compañero de aventuras: una copita de cristal que en el fondo contiene una crema color amarillo pastel con gusto a chocolate blanco, y sobre esta misma crema -que parece burlar a la llamada crema del cielo porque definitivamente esa es la crema del cielo- asoma una distinguida masa de merengue, exquisita, delicada, prolija y sutil. Entonces, cuando pruebo el postre, cierro los ojos, aferro la mano de mi novia, y digo: bendito Rosh Hashaná.
6 comentarios:
No es te con leche, es café con leche.
Se me hizo agua la boca! Menos mal que mientras leía comía un pedacito de chocolate... si no, me iba a antojar jodido :)
FE DE ERRATAS:
Es cierto, al parecer es "Café con leche" y no "té con leche", pero el té me resultó, quizá, más poetico que el café, al menos más suave.
Gracias a la buena onda de mi novia que me corrige con muy poca onda y encima de todo firma como anónimo...
jaja , decile q no firme más como anónimo, el en post anterior me agredeció y tuve q deducir q era ella. ahora me dan ganas de festejar rosh hashana
sin duda, lo mejor de la fiesta son las comidas..
se sale la gorda en mi, que querés que te diga
*de las fiestas, todas, ninguna en particular, simplemente todaas
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