sábado, 17 de mayo de 2008

errores


Y hoy entiendo que todo fue para estar más cerca tuyo: la bilirrubina al nacer, el robo de mi primera bicicleta con rueditas, la vez que me caí de la escalera en casa de tía Olga, y hasta ese penal que erré en cuarto grado. Recuerdo la euforia de los padres detrás del arco rival, los compañeros coreando mi nombre, la camiseta bordó del equipo Sporting Feinman transpirada como nunca, en mi frente eternas gotas, las muelas apretadas y los ojos de un arquero bastante más alto que yo. Señal de la cruz, inicio de la carrera, cinco largos pasos y un zurdazo cruzado a la derecha que da de lleno en el poste, y escondí el rostro entre las manos ante la vergüenza pública, porque si no hay campeonato no hay trofeo, y si no hay trofeo no hay gloria, por ende hay miseria y lágrimas, entonces lloré, sin saber que todo -eso incluye haberme comido a la gorda Carla en la fiesta de egresados, el cinco en el segundo parcial de Álgebra, el meneo con el travesti en la despedida de soltero y hasta mi divorcio unos meses más tarde-, todo sucedió tan sólo para llegar a vos, o para que llegues a mí, para comprender el fracaso, la soledad y las derrotas, y para darse cuenta hoy, después de tanto tiempo, que si hubiera sabido que al fin te encontraría, volvería a cometer cada uno de mis errores con perfecta prolijidad amateur.-

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favor, no te la creas.
pero a veces pienso que sos como Gardel: "cada día.....mejor".
Excelente.

Nadie Nunca Nada.- dijo...

No me la creo.(?¿)
La comparación deschaba tu edad...
anónimo, cómo te conozco! agradezco la onda.
saludos.-

Anónimo dijo...

espero nunca sentir eso! por dios!.. jajaja


Besotes señor facultativo ( anti salida de viernes)....

Mag!

Renata Speranza dijo...

Perfecto