jueves, 8 de abril de 2010

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Y en la vorágine de noticias que se repiten, logré reconocer en una foto de su fiesta de quince, esa cara que no admite confusión. Vestido blanco largo, sonrisa maquillada, compañeros de colegio, primerísimo primer plano de esos ojos enmarcados en el televisor, ojos de nada, de muda, de cuasi virgen, de adolescente pueblerina estudiante de Abogacía en la UBA, expresión de aburrimiento seguido de aburrimiento en cada una de las clases de Familia & Sucesiones, era ella, la violada y después ahorcada por un equis, librada al azar del desconcierto sobre los techos de una guarida en González Catán. Era ella, la mansa, la sin vicios, la sin ambiciones más que recibirse de abogada para volver a la casa de sus padres, allí donde todavía conservan un Torino que comienza a descascararse por las lluvias de una Santa Fe jamás tan húmeda. Ahora, inmortalizada en el disparo del flash en el informativo, la gente recordará su nombre durante un puñado de horas. En la tele ya comentan otro hecho de violencia, un proyecto de ley para mejorar la calidad alimenticia de los perros huérfanos y un nuevo conglomerado de propiedades que se hallaron en las plantas de aloe vera transgénico. Nada de ella, de una víctima que ya no es noticia y que pasará a formar parte de un cómputo que a fin de año, engordado y genérico, volverá a ser alarma pasajera en las páginas de un periódico que gusta de las estadísticas y los gráficos de torta. Del resto, de esos ojos y el nombre -lo recuerdo hace días, lo escribo en cuadernos y en asientos del subte y en paredes y lo pronuncio en vos alta para sentir que no soy tan culpable, tan víctima- no habrá ni una palabra, no de la que nunca dijo nada en clase, la que yo siempre miraba mientras se subía al 61 para volver a su monoambiente alquilado con dos amigas y una hermana sin nombre. Al cabo de un par de semanas, nadie ni en la Ciudad ni en Catán ni en Santa Fe se acordará del hecho, que será un rejunte de aire incómodo en la intimidad de los viajes de vacaciones en un Torino que se descascara.-
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(imagen extraída de aquí)

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