Voy a hacer cualquier cosa para que te quedes, excepto pedirte que lo hagas. No es un capricho ni una ocurrencia; no hay arrogancia en el pedido, pero sólo me gustaría que si decidieras quedarte, después de haber decidido tantas veces no hacerlo, quisiera que lo hicieras por convicción propia, porque algo te pasó, cambiaste y entonces te sentiste cómodo conmigo, no sé. Pero no vas a quedarte. No hay por qué: jamás te dí un indicio de que quiero que lo hagas. Siempre te quise, aguardé, oí tus noches con amigos y amigos con amigas tuyas. Y yo acá, yo silencio, yo nada, para qué. Y ahora quiero que te quedes. O al menos, espero amarte hasta dejarte un poco de la felicidad que imagino, yo sentiría si de alguna forma decidieras quedarte conmigo sin que yo te lo pidiera.-
.
.
(imagen extraída de aquí)
No hay comentarios:
Publicar un comentario