Racionalizar el acto sexual es un error -al menos- incómodo. Como bajar escaleras, y pensar una y otra vez en ¡ey! estoy bajando escalón por escalón. Me refiero al instante de distracción emocional en que una voz amorfa pregunta ¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? Y uno se frena. Reflexiona. ¿Qué estoy haciendo? Ni se te ocurra pensar -pensar en lo que uno hace mientras lo hace- en lo que decís, lo guarango que podés llegar a ser en plena proximidad del orgasmo, cuando lo ves en puerta e invitás a pasar, por las buenas o las malas, y ya estás fregado, estás pensando en lo que hacés mientras lo hacés y ahora te esmerás para que ella no se dé cuenta, sino qué va a pensar, que soy un raro, un boludo, un amateur, pero con el sólo pensamiento del acto racionalizado, del buscar comprender lo que se hace cuando se actúa por impulso, de a poco se apaga la inspiración del momento, y ahora ella sí que se da cuenta, y pensás qué no decir -para más información, ver el Manual del fracaso sexual- y no lo decís, pero das explicaciones, explicás esto mismo que yo te explico, y ella saca una primera conclusión: estás loco. La segunda conclusión es que además de loco, sos un pelotudo. Y todo por pensar de más, por racionalizar el acto ¿Ahora lo ves? Como bajar escaleras. Viste que si bajás escaleras y pensás estoybajandoescaleras estoybajandoescaleras es fija que tropezás y te rompés la trompa. Bueno. con el sexo pasa lo mismo: contra algo te la das.-
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(imagen de nnn.-)
3 comentarios:
Y bueh.
100% de acuerdo.
Jajaja! Pero que difícil que es no pensar eh...
Saludos!
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