jueves, 6 de agosto de 2009

freelance

La culpa es un Gran Danés macho y en celo, malhumorado y con intenciones de usurpar el monoambiente de tu tranquilidad sentimento-espiritual. Desde un principio, la relación es conflictiva: cuerpo a cuerpo, la culpa -el Gran Danés- nunca se decide por un lugar fijo, es una migraña emocional, camina por todos lados, orina por cualquier lado, ladra, pide atención, se frota contra el marco de la pared del baño. Mientras tanto, vos rebajás las ganas del suicidio con alguna película en el cable, si tenés tomás un calmante, sino comprás en la farmacia o intentás fingir que nada sucedió desde la última vez que fuiste normal. Y entonces te convencés de que no es un delito, tener culpa no me hace peor persona y si tengo culpa justamente será porque soy una buena persona, la gente mala no siente culpa, y si la gente mala no siente culpa no tiene un Gran Danés en su casa, vivirá tranquila, en un lugar espacioso y ordenado, con algún gato, canario, pez o cobayo que desde luego, no habla, porque los animales -por lo general- no hablan pero la culpa -el Gran Danés- sí habla, mete ficha, tira la onda, baja línea y vos maquinás, lo único que te faltaba es un Gran Danés moralista, gurú espiritual o psicólogo freelance. Y entonces la culpa habla hasta que ya no habla, y uno se acerca exhausto, rendido le acaricia la cabeza despeinada y mira sus ojos casi románticos, y de alguna forma irónica y pueril, de a poco, uno aprende a vivir con el Gran Danés.-
.
.
(imagen extraída de aquí)

2 comentarios:

MQDLV dijo...

quiero creer que esto es una metáfora y que en verdad no hay un gran danes en un monoambiente! yo tengo uno, me patea la azotea!

karinaloca dijo...

yo tengo un monoambiente pero no culpa ni un gran danés. hace poco le dije a mi perro: qué vamos a hacer vos y yo con tanta soledad? ahora creo que necesito un psicólogo freelance, gran danés, san bernardo o lassie.