lunes, 26 de abril de 2010

ad eternum

No me preocupa ubicar un cuerpo que acompañe sin estorbar durante las películas del sábado por la noche. Tengo claro que, como llegaste vos en su momento, vendrán más y mejores candidatas a ejercer derechos que hoy sólo se arrogan un puñado de amigos borrachos de vodka con Cepita de durazno. Sí me perturba saber cómo -cuándo, dónde- voy a recuperar la credibilidad que arrastré hasta llegar aquí. No podría culpar a la próxima mujer por no creer en ninguna de mis promesas. Dirá que lo dije tantas veces, que insinué tantas relaciones a plazo fijo, que ningunee tantos vestidos de tantas novias improvisadas, que una más, por una vez más que diga que sí, que acepte casi para no mirar a los ojos, ella no se ofenderá por mi educación de complaciente, pero sabrá que hay grandes chances de que ella en un breve lapso pase a formar parte del scout de amantes resentidas evadidas. Ella entenderá, sin sentir que mi falta de confianza en mí es un obstáculo para pasarla bien. Y no me preocupa que ella me crea, sí me inquieta esperar así ad eternum, vivir con la expectativa de volver a querer como al principio, sin saber que uno tiene a mano el premio consuelo de que si no es ella, será la próxima: me molesta no asociar el fracaso con la frustración.-
.
.
(imagen extraída de aquí)

1 comentario:

Jota dijo...

me pasa un poco lo mismo.