Cobrar por hacer lo que a uno le gusta, lo que de todas formas haría gratis aunque no haya incentivo económico, hacerlo por pura devoción a los colores de la camiseta de un club sin rachas ni trofeos pero con ídolos, hacerlo sin la remota idea de que a alguien le importa y que incluso ese alguien está dispuesto a remunerarlo, a financiar un delirio, a bancar una serie de imprudencias, de accidentes, porque escribir es tropezar sobre palabras, envalentonarse, y que a uno le paguen por eso, suena como un poco estúpido ¿no?, ¿a quién se le ocurre? Recibir dinero a cambio de hablar con gente, de hacer algo de todos los días, así como sin muchos motivos para hacerlo, uno crea una situación que a veces resulta, y otras veces no funciona y se imprime, y por eso cobra, por ser un insolente, un curioso, entrometido, insistente, beligerante, incisivo, seductor, por crear una ficción entre dos personas, romance de circunstancia, por conveniencia, durante una o dos horas en las que corre la cinta y la luz roja es una amenaza, para el otro, claro, nunca para uno, que además de ser verdugo de los dichos de un tercero, cobra por eso, por hacer lo inevitable que es escribir, y que escribir sea un trabajo y que ese trabajo sea tan divertido, vivir de algo divertido y llamarlo trabajo, eso sí que es una verdadera vergüenza.-
.
.
(imagen de nnn.-)
2 comentarios:
genialísimo.
se llama capitalismo. es el valor del tiempo y de la fuerza de trabajo, aunque disfrutemos enormemente ese trabajo.
el problema es que muchos piensen que porque te guste hacerlo no valga nada
Publicar un comentario