Los borrachos no mienten: la puta madre, los borrachos no mienten y entonces disparé una sarta de verdades atroces, dardos mareados lanzados con estrábica puntería, suerte de pinzamiento emocional, caricia a tu ego acariciado por tantos tiros tontos y ebrios arrepentidos, que te pediría, al menos por esta vez, no tomes tan en serio las cosas que dije la otra noche, de las cuales me arrepiento sin que siquiera me las repitas, no lo hagas, no hace falta, si lo borrachos y los niños no mienten, tengo dos razones para darme por aludido, y paro de contar porque seguro tenés más que un par de motivos para inclinarte a la idea de que todavía te extraño -parrillero gasolero que revuelve la brasa para encender el último cigarrillo de su atado de diez-, pero no me creas, hacé de cuenta que no te dije nada, como cuando estábamos juntos y discutíamos, emulemos la parte menos rencorosa de nuestro breve concubinato y aún más breve, de nuestro amor con delirio de familia, una expectativa cerrada para dos personas egoístas pero macanudas, porque vos sí que eras una mina macanuda, muy macanuda, seguro que cuando te llamé la otra noche -borracho, melancólico, inconsciente y atrevido- algún buen detalle de tu tacto destacado habré reconocido. Es una lástima -o una suerte, vaya uno a saber- que no logre recordar ni una palabra del sincericidio acontecido entre el delirium tremens y el saudade que genera vomitar en soledad.-
.
.
2 comentarios:
La borrachera no deja de ser una excusa apropiada. Las verdades se van acumulando hasta que las vertimos vía oral. Y siempre, nos terminamos sintiendo bien.
Que buen relato.
la otra noche llamó. borracho también. no quería manejar, dijo. no quería molestar, dijo. yo no atendí. Estás despierta en baires??, escribió. Y yo que sólo me quería dormir. no puedo. me quería dormir. y ya no puedo. no. ni el delirio. ni el recuerdo. ni la sensación de frío existencial colmada después de dormir abrazados. nada alcanza. quería dormir en mi casa. como si fuera ajeno a mí. no quería manejar hasta capi, dijo.
Ya no pude dormir más.
Ayer llamó. Esta vez, sobrio. me pidió la heladera.
me gusta mucho mucho como escribis
tenés algo de WKW
Publicar un comentario