Rendido en la ventana, movimientos lentos -léase nadar en una pileta de Danette-, con el tabaco a medio acabarse, la punta de los pies descalzos se retuercen en el frío del piso de mármol, mocoso por una gripe mal curada, rodeado de psicofármacos para palear alergias, alegrías y algarabías de noches anteriores, el viento despeina el pelo despeinado, el sol aprieta las pupilas, los brazos se hacen amantes, y la ventana está siempre tan abierta, un sexto piso no es muy alto pero asegura una caída recta y una muerte con algo de ruido, tal vez habría intentos por salvar al cuerpo enchastrado, enfermeros, jeringas, más fármacos y todo eso, pero para qué tirarse, ¿nunca quisiste saber quién iría a tu velorio si murieras así de joven, y así de ínfimo, de wannabe? así de cargado de expectativas, con más ganas de ser los Beatles que discos de ellos mismos, amigos te recordarían algún que otro fin de semana, alguna foto debajo del vidrio de una mesita de luz que junta polvo en algún rincón de las habitaciones de huéspedes, esos cuartos que tiene la abuela y que sólo nos sirven para hacernos amigos de primas lejanas en cumpleaños de 80, y en 80 años nadie recordaría una muerte tan insignificante, ¿quién? ah, sí, ese primo lejano, un toque borderline, ¿no? pero todavía estoy cerca de vos, aún trago el humo y lo largo por la nariz, y creo que te acercaste a mi boca para tirarme por la ventana o decirme una canción de Velvet Underground, y creo que mis ojos de zarigüeya con malformación congénita -lo último de mis ojos- te sugirieron todavía sigo vivo, todavía estás a tiempo, nena.-
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(imagen extraída de aquí)
5 comentarios:
Pensamientos. Y qué rico el Danette!
Por qué los hombres dicen que estamos a tiempo y creen que nosotras vamos a volver?, te morís por volver a rockearla...
Yo uso el doble sentido tan bien como usted Srto. Torres López!
No entrego nadaaaa!
Un par de veces pense "qué onda si me tiro por acá"... pero puedo simbolizarme, voy a vivir.
Esos momentos son los que a uno lo distinguen, querés separarte del resto del universo, ganarle unos centimetros a la fuerza de gravedad con tu mente, sentirse parte de una elite de filosofos, escritores e intelectuales que han terminado acabando con sus vidas y saltando a la estratósfera del romanticismo, uno quiere ser eso, pero no se anima, el costo es demasiado alto y todavía pensamos en los que quedarían. Es por eso que nos contentamos planificando el instante previo al gran salto, escuchando "Viernes 3 AM" de Serú, y si, infantable Velvet, vos ya lo dijiste. Al fin y al cabo, y como siempre, solo buscamos eso, caminar descalzo por la cornisa para buscar el límite.
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