
-Si te la querés levantar, y jamás le hablaste, tené en cuenta que el piropo guarro no garpa. No conozco una sola persona que conozca a alguien que se haya levantado a una mina por decirle "eeee, mamasssssssa, soss más rica que el chimichurri". Es claro que si en verdad querés algo con ella, ni lo intentes con algo desubicado.
-Jamás, jamás, jamás, le digas a quién de las amigas te gustaría darle. Por más que te lo pregunte, que te ruegue, que te confiese que a ella sí le gustaría estar con tu mejor amigo, no se lo digas. "¿Che, gordo, te pregunto por preguntar...vos estarías con Fulanita?": la respuesta es un seco "no". Es una trampa, no caigas en esa, porque si le decís un nombre, va a decir "pero si es re fea", o, de última, te va a terminar ganando cuando te diga "ay, la verdad, sos un tarado, no sé cómo te puede gustar ella". Perdés por cualquier lado.
-Es clave ser detallista. Si fue a la peluquería y te está mostrando cómo le quedó el peinado, largá un segundo el control remoto, dejá de rascarte la entrepierna, sentate bien, mirala a los ojos, y decile "mi amor, te quedó hermoso/precioso/divino/fantástico". El halago tiene que ser proporcional al detalle, es decir, que si vos notás que se depiló las cejas, debés acentuar aún más que te diste cuenta de ello a que si se cortó un poco el pelo.
1 comentario:
nunca te das cuenta que se cortó el pelo a menos que sea muuuuy diferente el look nuevo.
de todas formas, siempre hay que alagarlas. cuando ellas dicen -que fea que estoy, eso es un llamado para que le digamos -AMOR, pero si estás hermosa así en pijama y todo!
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