jueves, 13 de diciembre de 2007

gris


Tengo miedo de amanecer y darme cuenta de que tengo demasiado cabello demasiado rubio y demasiados pares de zapatos de marca, acomodados con prolijidad por una empleada doméstica centroamericana mal tratada por mí, que no encuentro aún ni me celular que pierdo a menudo ni una buena razón para elegir un calzado y salir al mundo a ser, al igual que el día anterior, otra vez la misma incoherente persona.
Temo descubrir mi respiración sobre la ventana para verme reflejado en el vidrio con cien mil años, preso en el geriátrico lo más alejado posible de la casa de mis hijos, nietos, y conocidos; respirar sólo ese olor a uno, a encierro, a depresión, y estudiar los movimientos de la gente que camina por la calle, resignado al tiempo y a lo irremediable.
Me asusta saber que despertaré una madrugada, dentro de algunos años, para chocarme con el cuerpo de una mujer a la cual ya no amo, haber compartido tantos proyectos y deseos e hijos y el casamiento, y todo para nada, para saber que uno sigue por inercia, para no entrar en pleito, y para no darle motivos a los vecinos que si se enteran que ya no hacemos el amor tendrán razones para justificar que estamos locos.
Aún no concibo la idea de preguntarme algún día qué es lo tan bueno que le dejo al mundo, cuál de todos los sueños que tuve en mi adolescencia concreté, y por último, por qué, mientras pude, no opté por ser el buen salvaje, por qué no me conformé con la felicidad de los idiotas.-

2 comentarios:

Alejandro the Kitsune-san dijo...

si que este relata es dark... gracias por el posteo tu blog es muy bueno

el_iluso_careta dijo...

estás envejeciendo, viejo...
imperdible lo tuyo.-..