miércoles, 21 de octubre de 2009

mesías

En el constante aprendizaje por hacer de este concubinato infame un binomio ganador, fui dejando de lado mis posturas a medias y la melena rubio-platino que supo acompañar el turno cada viernes y sábado de religiosa trampa con tarjetas de descuento. Tuve que acostumbrarme a extrañar a una sola mujer, recordar una sola dirección a la cual regresar, un sólo gusto -a los sumo, dos o tres- de helado, y de cuidar esa delgada consecución de cosas únicas, detallar momentos sin repetir y sin soplar, sin decir algún otro nombre, sin pifiar para no tener que dar explicaciones. Un nuevo Pepe Grillo -más bien desafinado pero coherente- se hizo cargo de mis impulsos: es bueno que alguien responsable domine a tal nivel de (in)consciencia -medio torpe-. También tuve que ceder mis armas más ortodoxas, reconocer cuando hay que callarse la boca y callarse la boca en esos momentos en que alguien espera algo de uno. El misterio teje necesarias redes que destejen los soberbios y los pelotudos. Vos también debés haber aprendido algo -aunque quizá sea mejor que no me lo digas-: abandonar el turismo en mi bandeja de entrada, prolongar tus visitas higiénicas y haberlas convertido en proyecciones a largo plazo, tal vez hayan sido algunos de las moralejas que ofrecieron mis cenas quemadas y las ganas de que seas vos el mesías de la estabilidad emocional. Dejaste algo muy bueno en mí. Ya no debo ponerle nombre a mis hijos ni elegir el diseño del papel higiénico. Todo lo que vos prefieras estará bien: al fin y al cabo, uno deja que le den órdenes para ver que al fin, se ordenan las piezas del tan manoseado puzzle interno.-
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(imagen extraída de aquí)

1 comentario:

Alex dijo...

me encanta esta....es muy artistico como de una forma subsidia lo que viene siendo todo un horrol show... creo que en el mas alto estilismo de la palabra es mi favorita !

Alex.
Republica Dominicana.