miércoles, 25 de noviembre de 2009

expensas

Pienso en vos. Simple. Así de fácil. Pienso en vos: punto, espacio.
Pienso en vos.
Cuando me despierto y me lavo los dientes, enciendo la radio, puteo porque es lunes, o martes, o miércoles, o sábado, y enchufo la tostadora y quedan sólo las tapas del pan en el envoltorio de Fargo, puteo una vez más y pienso en vos. Con vos no pasaba esto, siempre había pan de salvado. Nunca quedaban las tapas, a secas, tristes y siempre bien marginadas tapas del pan lactal. Y ahora hay un par de tapas dentro de la bolsa vacía, y un hombre vacío dentro de una casa vacía pero llena de cositas muertas por el living y encima de la tele. Pienso en vos.
Si viene mi novia, pienso en vos. Si viene mi amante, pienso en vos. Si viene el encargado del edificio a reclamarme las expensas, pienso en vos. Si viene mamá, le digo que se vaya. Me habla de vos: ya mucho tengo con el cargo de conciencia, dejá mamá, quedate cambiándole los pañales al nono, que así estamos fenómeno.
Pienso en vos y no puedo pensar en otra cosa. Es una constante ridícula, pérdida de tiempo estúpido, empeño de ánimos drogadictos y esfuerzos en vano. Pienso, y pienso, y pienso. Y así, cada vez con menos ganas de pensar, también se escapan las intenciones de vivir.-
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(imagen extraída de aquí)

1 comentario:

la coordinación dijo...

la imágen de las tapas del pan lactal me encantó, es buena síntesis de soledad y dejadez