Ingenuo, que creo que vas a ser honesta si en verdad me estás engañando. No sé ni para qué te pregunto con quién cenaste: como si fueras a confesar que anduviste de copas con un tipo. Mejor, ni digas nada, lavate los dientes, apagá la luz y buenas noches. No quiero ni mirarte la espalda, ni me toques, cuando estoy así no me molestes, y cuando mentís, con el descaro de tu sonrisa y con el verso de que saliste con las chicas...mirá, la verdad, te mataría, pero de verdad, te haría tragar la almohada. Qué digo ingenuo, estúpido. Yo, quién va a ser. Vos sos viva. Mientras lavaba las cucharas de la merienda, te secaba el baño que siempre dejás mojado cuando terminás de ducharte, mientras yo hacía los laburos de Conchita vos lo más campante con vaya uno a saber quién ¡Y para qué te pregunto con quién saliste! Sos capaz de abrazarme y preguntarme qué hice todo el día acá encerrado, y vos con ese principio de borrachera que te pone cachonda, y a mí que vos, en ese estado y a esta altura, me calentás menos que un sifón de soda vencida. Por eso, por tu hipocresía y tus ganas de mentirme, hoy duermo en el sillón. Y no me lavo los dientes, al carajo con tu protocolo de mierda.-
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