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Un hombre se hace Hombre cuando quiere a otro Hombre y no le molesta decirlo ni darle un beso en la mejilla: la mano se le da a los desconocidos, los rivales, al suegro y en los negocios. Hombre es aquel que cuando pierde en el Winning Eleven, se queda chito, y cuando gana, festeja como loco y hasta se mofa del resto. El Hombre toma bondi cuando no tiene auto, en casa ajena come lo que venga y es capaz de orinar frente a La 12 en los mingitorios de Constitución. El Hombre se baña en cualquier lado, y no necesita cortina. El Hombre improvisa, huele bien, desafía sin correr riesgos innecesarios. El Hombre pide perdón en el momento que corresponde, le teme al fracaso pero igual, apuesta. El Hombre no hace gala de sus conquistas, tiene respeto y se hace cargo del asunto. También se burla del ridículo propio, no boicotea a otros Hombres -no lo necesita- y le incomoda el halago. El Hombre gusta, experimenta, entiende y no sentencia. El Hombre sabe mirar, es correcto al hacerlo y prefiere los círculos pequeños a los comederos de gente anónima. El Hombre intenta evitar los shoppings, pero acompaña a la Mujer, y en el camino, mira libros y se clava un conito de McDonald's -y se come el cucurucho, ni hablar-. Un hombre se hace Hombre cuando llora frente a una Mujer, cuando no le quedan cuentas pendientes, y al chutar el tiro penal en el instante oportuno, porque un Hombre no se queda con la duda, el Hombre decide, bien o mal, pero lo hace, porque eso es ser Hombre: tomar La decisión cuando el rancho se le prende fuego.-
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5 comentarios:
lindo, cabe para la mujer también, debo decir. salut!
Me gustó mucho.
Aunque no se si será de hombre que lo diga así.
Recién cuando el rancho se le prende fuego?
Un poco lo que estuvimos hablando hace unos días, con tu toque personal.
".. teme al fracaso, pero igual apuesta."
GENIAL. Me gustó mucho.
Abrazo!
NADA POR DECIR MÁS QUE PERFECTO
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