El jueves 19 de noviembre de 2009, llamame: si seguimos solos, nos casamos al día siguiente. Cada mañana desde ese febrero en Villa Gesell, que me despierto para leer tu promesa anotada detrás de un boleto de colectivo. Fue en el '94: yo estaba borracho y vos desnuda, preciosa, distinta. Y me juraste una pavada, que volveríamos a vernos dentro de quince años, y para esa época seguro que a mí me pareció un siglo, y vos habrás asegurado eso como un decir estúpido de una mujer cualquiera con intenciones de no quedarse sola. Pero para mí no. Y entonces llegó el 19 de noviembre de 2009, tengo más barba que a los 17, menos razones para estar ilusionado y un trabajo que me ocupa todo el día. Quince años después de tu promesa rectangular -ubicada justo debajo del vidrio de mi mesita de luz-, no tengo hijos ni pienso tenerlos porque para empezar, no tengo con quién. ¿Y vos? ¿Qué contás? Tanto tiempo, después de quince años cómo estás, es 19 de noviembre de 2009, ¿Te acordaste de...? Sí, mucho tiempo, me recibí, ¿Vos? Te llamo por otra cosa, ¿Te acordás de...? Sí, claro. ¿El también es abogado? ¿Hace mucho están? Qué bueno, qué lindo lo que me contás. Sí, claro, yo también estoy con alguien, nadie espera quince años.-
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1 comentario:
Que triste. Me dio nostalgia
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