miércoles, 11 de noviembre de 2009

estupenda

Nadie me advirtió que la hija del jefe de Recursos Humanos estaba más buena que recibirse de arquitecto. Mi jefe -el jefe de Recursos Humanos-, además de ser mi jefe, era arquitecto.
Nadie anticipó que no debía hablarle a la hija del jefe: rubia de peluquería palermitana, pelo hasta la cintura, caprichos de nena bien.
Nadie adelantó que además de ser la hija del jefe, el amor platónico de la mitad de los oficinistas de la City porteña y una acérrima enemiga de las relaciones a largo plazo, era simpática. Qué digo simpática, muy simpática. Tanto que hasta salimos unas cuantas veces.
Nadie se enteró que nos privábamos del after office para escapar a la cueva que el padre mantenía casi clandestinamente para sus fiestitas privadas con las putas que contrataba desde la oficina. Viejo zorro. Jefe de Recursos Humanos, arquitecto y putañero.
Nadie se acercó para decirme que se notaba la onda que teníamos, y que todo el mundo lo notaba, y que ya era insostenible. Pero no me molestó la falta de solidaridad masculina de mis pares. En realidad, nada me molestó. Más tarde, me dolería.
Porque nadie fue capaz de soplarme que la hija del jefe salía con el subjefe de Recursos Humanos, un tipo siempre bien afeitado y sin título de arquitecto, pero me atrevería a asegurar que con la piña más fuerte de toda la oficina. Y claro, además, con un interesante pool de abogados, que se encargaron de inventarme una justa causa para echarme. Ella, sin lugar a dudas, fue una causa estupenda.-
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(imagen extraída de aquí)

4 comentarios:

Verònica dijo...

mmm... esto no huele bien. aunque es una historia divertida. decis que pasa? yo creo que si. serà siempre que la gente de recursos humanos vive como si su titulo fuese otro bien distinto? algo asi como putañero? ... "cosas que pasan".

besos!

Vero.

Aldy dijo...

¿La foto es de cuando ya se había teñido? Je.

Ø dijo...

¿Tan bueno es recibirse de arquitecto?

Al dijo...

Yyyy pero si estaba así de buena... Ya fue.

Visitalo a Gorek!