Yo te dije y vos no me diste bola, te advertí que no me dijeras asesina, si yo no maté a nadie, nunca me quejé de la carnada rancia con la que me alimentabas, no critiqué mi cautiverio, la veda sexual del acuario, el saltar y tocar el puchinbol como un campeón, sonreírle a los nenes y tirarte agüita en tu patético sketch en el que vas explicando las partes de mi cuerpo como una humillante clase de anatomía marina. Fuimos amigos, dijiste que lo eramos, pero los amigos no se llaman asesinos, no unos a otros, yo jamás te dije bombacha floja, cornuda o ladrona, ¿por qué tenía que tolerar que me dijeras "asesina"? Es feo, y vos no me escuchaste, por eso pasó lo que pasó, porque si bien las comparaciones son odiosas, hasta podría haber aceptado que me dijeras Willy, pero no, y vos dale con asesina, y al final te agarré de los pelos, te asustaste, te di el gusto, ahora sí, puta de mierda, ahora vení al acuario y decime ballena asesina.-
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3 comentarios:
Plasmaste impecablemente la mediocridad humana, que encierra a un animal salvaje para hacer morisquetas y lo condena cuando se comporta como lo que es: el último eslabón en la cadena alimenticia.
Juan, genial. Me encanta, porque echarle la culpa a un animal, que es eso, un ser iracional, cuando es el hombre el que SABE, el que COMPRENDE y el que RAZONA (o eso es lo que nos dicen). La culpa es de los hijos de puta que encierran animales para divertimento nuestro.
Completamente de acuerdo!
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