Pará, no te pongas así, ¿Por qué estás enojado si yo no te hice nada?: eureka, he aquí el dilema, por eso mismo reboto contra las paredes y amenazo con secuestrarte al gato y pedir rescate, porque vos no me hacés nada ni me decís nada, sos menos exitante que un sifón de soda, y si me conocieras bien, sabrías que los sifones dejaron de calentarme allá por la noche del 24 de diciembre del '93, episodio en que la tía Norma, en pleno tren de confesiones alcohólicas pre-navideñas, le reveló -copa en mano, subida sobre una silla con forro de pana- a todo el público presente -eso incluye familia, amigos, el encargado del edificio y vecinos que se acercaron para el discreto brindis, y hasta un tío lejano cocainómano disfrazado de Papá Noel adicto al turrón con maní- que el primo Esteban era hijo de Lolo el sodero, célebre personaje de Liniers, más temido por su fama de rompehogares que por su vasto prontuario policial forjado a fuerza de copar protagonismo en cada una de las trifulcas que acontecían en el punto neurálgico de la barra brava de Velez Sarsfield. El mismísimo Lolo, pendenciero y fracasado asumido, me dejó esta enseñanza más que muy elocuente para nuestros momentos de no-amor y hielo constante: soda que no has de beber, soda que vuelcan los boludos o que toma otro malandra.-
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2 comentarios:
Hijo de pú no me dedicas nada para mi cumple??
Y no quiero que escribas dos renglones de compromiso...
the officer
the officer,
me intriga su identidad. Y la proximidad de su cumpleaños.
Saludos.-
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