jueves, 13 de noviembre de 2008

Wichi

Besos con delay, casi en silencio para no despertar al perro, que a su vez, despertaría la certeza de arruinarle el sueño a los hermanos y por ende la noche a nosotros, que habíamos entrado en puntas de pie por la parte del jardín, esquivando macetas y rosales: me clavé una espina que me cortó la mano izquierda. Entonces un poco de sangre y besos con delay, casi en silencio, en un sofá bordó debajo de un poema de Alejandra Pizarnik que estaba pegado en la pared. Terminamos enredados en un sexo animalizado en la cama de tus viejos, esta vez, debajo del retrato de una estrella de los indios Wichi, explicarías horas más tarde, coca-cola y galletitas Frutigran de por medio. Días más tarde, me reprocharías que hayamos cogido en la misma cama donde 25 años atrás fuiste fruto de una alianza de amor:
-Pero...¿vos de chica no vivías en Berazategui?
-Sí, ¿y? la cama sigue siendo la misma
-¿Y el colchón también? ¿El mismo colchón de hace 25 años?
-Sí...calculo que sí...
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(imagen extraída de aquí)

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