
Tus fotos hacen lo que yo quiera.
Tus fotos se encierran en el baño conmigo, se quedan en mi cuerpo y no me apartan, se miran entre ellas, sonríen todo el tiempo y no piden explicaciones de ningún tipo.
Tus fotos no se ponen celosas si yo estoy con otras fotos, no tienen problema si las dejo tiradas por cualquier lado, no les incomoda que las muestre o las lleve a las fiestas del trabajo ni se quejan cada vez que llego tarde.
Tus fotos no lloran de noche.
Tus fotos no extrañan pero no decepcionan ni hablan de más.
Tus fotos van al cine y no piden pochoclo salado, no preguntan ¿qué fue lo que dijo Penélope Cruz?, ni se aburren cuando leo mis textos.
Tus fotos no exigen sushi dos veces por semana.
Tus fotos huelen bien todo el tiempo y no ruegan que me afeite seguido.
Tu recuerdo hijo de puta nos acompaña sin pedir permiso.-
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(imagen extraída de aquí)