Dos cafés y la cuenta: lo nuestro, querida amiga, no va más. Así de simple: cambio y fuera, a las duchas, punto final. Te agradezco por todo pero ya no tolero tu falta de reglamento, tu poca diplomacia para querer, y no pretendo perfumes ajenos en mis almohadones de lino, dejame que yo me divierta con otras majas y vos con otros pajarracos. Seguí festejando tu corona de papel de Biblia, seguí con la celebración de tu soberbia y otras ilusiones y triunfos: yo voy a seguir buscando muñecas en boutiques, Cenicientas en fiestas privadas, medias naranjas en fruterías del barrio. Así es mejor, así estamos bien: yo te hice ver especial, y vos me hiciste confiar y ahora me decepcionaste. Me molesta un poco saber que me equivoqué, que sos una fábula, un Sugus, una truchada, una estafa. Pero bueno, al menos me das la posibilidad de decir una frase que siempre quise decir: sos igual a todas, sos un taxi en la city porteña, sos un adoquín en San Telmo, y como vos hay miles. Y ahora sí, como caballero -yo sí soy único, recordalo- hago una reverencia, te beso la mano, te agradezco por los buenos momentos y de vos me despido: a lo lejos ya lo veo, vienen despacio pero vienen, son otras mujeres, son el recambio.-
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(imagen extraida de aquí)
3 comentarios:
Es así nomás!
Espero que esto no sea utilizado en mi contra.
Saludos,
Avalancha en la tribuna. Golazo. Me hacés sentir que tengo un hermano menor perdido por ahí.
Querer con conocimiento de reglamento y ejercicio de la diplomacia? No sé. No me convence tanto. Prefiero inventar otra manera.
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