lunes, 20 de julio de 2009

yamani

Nunca supe nada de vinos y eso jamás resultó un impedimento para opinar sobre bodegas -y quedar bien- en las reuniones con extraños. Uno inventa, imita los gestos de los buenos tomadores que aparecen en los programas gourmet, y la gente cree que por agitar una copa, meter la nariz en ella y decir en orden y con exactitud los componentes del varietal, uno es, en efecto, un conocedor, cuando en realidad, basta con mirar la etiqueta para saber de qué va el vino en cuestión. De todas formas, como -en efecto- no sé nada de vinos y ella me invitó a comer a su casa, debo llevar la botella correcta. En el supermercado, una señora más bien fea e histriónica -"Claudia", asegura el cartelito abrochado en su remera- pregunta ¿cuál es el contexto para el vino? El contexto es una mujer que prepara dos porciones de arroz yamani acompañado por un tatín de calabaza bañado en salsa de puerros; entrada la noche, amigados por una bebida de generosa graduación alcohólica, aún con las copas en las manos deberíamos apagar las luces, encerrar al perro en el baño y ver una película malísima que dé pie al pre play exacto, fundamental para una sesión de sexo exquisito. Ese es el contexto, pero sólo digo necesito el mejor vino. Ella indica una botella y da una explicación que no me interesa escuchar. El mejor vino -casi por lógica- es el más caro, y el que desde luego compro. Aprovecho la caja rápida, pago en efectivo -dos billetes violeta alcanzan-, y me voy con la tarea cumplida. Todavía espero a que ella me confirme la hora. Mientras tanto, hago tiempo en lo de un amigo. Eh, qué bien estuviste, compraste un vino, dice mientras me abraza, aunque en verdad lo que hace es abrazar la botella que custodian mis manos. No, no es para tomar ahora, hoy tengo una cena, explico, y él que sos un hijo de puta, siempre igual vos, dale, pasá que hace frío. Comemos torta que sobró del cumpleaños de un tío, trae café, cigarrillos y me voy, se me hace tarde para esta noche y me tengo que preparar. Abre la puerta de calle y yo abro el celular: ni llamados ni mensajes. Todavía son las 8, ella debe estar en el súper comprando las cosas para preparar la comida. Lo que sigue es una larga ducha, la repetición de un partido de la B Nacional y más cigarrillos en la ventana. Se hacen las 11. La gente joven cena tarde: no parece preocupante. Me distraigo unas cuantas horas jugando al poker por internet y escuchando un disco de Rod Stewart. Me aburro, me pongo la campera y tiro perfume sobre mi cuello. Espero sentado, enciendo un cigarrillo, bajo la calefacción, prendo la tele, apago la tele, apago el cigarrillo, me prendo otro Camel, tomo agua, me peino, limpio el cenicero, la puta madre que me parió, nadie llama a las dos de la mañana para invitar a cenar. Desde el centro de la mesa, la botella de vino me observa casi con ganas. Saco el corcho hasta la mitad y el otro resto lo arranco con los dientes. Bebo un sorbo: fuerte. Leo la etiqueta en voz alta e intento recordar las características: rojo púrpura intenso con matices rubí; mermelada de frutas negras y liqueur, con un toque elegante de humo, vainilla y chocolate; final de boca envolvente con presencia de taninos dulces. No entiendo cómo un toque de humo puede ser elegante, ni entiendo cómo vas dejarme así de idiota, con el vino -nuestro vino, Malbec, cosecha 2006, oriundo de fincas mendocinas- y la expectativa de una noche a base de primeras veces. 750 ml es mucho para una sola persona sola, y estoy sin cenar, entonces vacío la botella en el lavamanos del baño. Intento calcular el valor de cada bocanada del vino, que al fin se pierde por la rejilla y deja un manchón bordó. Miro el reloj: 3.45 de la madrugada y los deliverys están cerrados. Seguro que en el cable dan American Pie.-
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(imagen extraída de aquí)

8 comentarios:

Mil Silencios dijo...

Que feo tirar el vino y las ilusiones, todo junto en una misma noche, pero arriba el ánimo compañero que tanto las minas como la plata van y vienen.
Saludos!

Jesica dijo...

Mmm la parte inentendible de las mujeres... la parte que no nos enorgullece al resto del mismo sexo... pero eso mas que de mujeres es partidario de cagones/as!
Relajate que ya va a salir de abajo de la mesa y se va a animar a concretar con vos. Igual... capaz que te sale mas barato (y es mas seguro que vaya) si la invitas a cenar.
Suerte y un abrazo!

Soy peregrinaperla dijo...

A que hablas del Fond de Cave?
Adiviné? adiviné.

maga dijo...

Yo me hubiese tomado el vino.

Tita dijo...

Cómo fue la invitación?
Uno tiende a malinterpretar! jaja
Muy bueno...

karinaloca dijo...

yo hubiera brindado por las mujeres que derrochan (derrochamos?) simpatía y hacía un fondo blanco monumental!
...y esos ojos...

Floraa.. dijo...

El arroz yamani es, por lejos, el mejor...Es riquisimo...
Hubieses abierto el vino con tu amigo, ademas el dia lo amerita, jaja...
Y ultimo, queda mejor un vino blanco, no es que sepa pero me da esa sensacion...
Saludos!

Flor...

PD: Siempre dan American Pie en el cable...

Vane dijo...

Te lo merecés por haber derrochado semejante vino...