Así que usted es la que entra a los portazos en el rancho, la que llega y arma revuelo en el gallinero, que pasa por entre la gente sin pedir permiso, que silba si quiere y si no quiere patalea. Mirala vos a la señorita, que sin derecho ni cumpleaños pincha globos e ilusiones, y ahora viene y sirve la mesa, ahora viene y me besa la frente. Con que esas tenemos, no sabe lo que quiere pero sí lo que no quiere que yo quiera, y me abre las ventanas de la cocina para que entre viento y me abre las jaulitas para que se escapen los canarios, que hasta el Pedrito se me fue los otros días, y mire que el Pedrito siempre se quedó conmigo. Y ya lo veo, me esconde el diario para que no me distraiga, la veo que se arrastra y me mira, a los pies de la cama, algo así como pidiendo no me grite no se enoje no sospeche, y yo que no le miento no la extraño no la quiero.-
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