Caminar entre el vallado, la policía, los controles que a veces son a dedo, a ojo, a manos. Flota en esta mañana un olor a fritura dulce, que con el correr del acto, se volverá cada vez más quemado. La gente aquí se conoce. Yo no conozco a nadie. Tal vez hasta se den cuenta de que yo no soy...no tendrían por qué darse cuenta. O sí. Yo si fuera ellos, me daría cuenta.
Carteles con fotos y una poesía. Al principio, no significa mucho: podría ser un panfleto, una imagen, un souvenir. Pero cuando estamos todos juntos, juntos todos tanto que los cuerpos se chocan y puedo sentir los perfumes de la gente y la textura de sus ropas, entonces ya sé lo que pasa. Y al principio mucho no se siente nada. Pero de repente hay un minuto de silencio, y todos levantan las imágenes: la gente forma un océano de papel, y suena una sirena como de barco, varias veces, y te juro que me estremecí, en ese momento te abracé más fuerte, ¿lo notaste?
Estoy atrás tuyo, te observo. La gente no se da cuenta de muchas cosas. La gente no me conoce, no sabe quién soy, pero al fin y al cabo, entre los empujones y la memoria, alguien dice que aquí hoy todos somos alguien más.
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2 comentarios:
Si estremece por tele no me imagino cómo será estar ahí.
Hace 14 años que voy a todos los actos sin falta, y cada año q pasa es mas y mas conmovedor; incluso mas que el primero. Se sabe quienes son los culpables, nombre, apellido, y donde viven y la justicia no avanza, no los pone donde los tiene que poner!
14 años de impunidad.
Quiero destacar la multitudinaria presencia de los jóvenes (me incluyo) que es fundamental para que esto no se olvide, porque no fue un atentado contra la comunidad judia, fue contra los argentinos.
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