Falta de concentración, pérdida de la memoria: ella volvió a cabalgar por estos pagos dormidos de lluvia, lo siento en el viento, en el rumor de los vecinos, en mis canarios que se golpean unos a otros por revolotear en sus jaulas, y además porque me envió un mensaje de texto que dice bajá que estoy en la puerta. Su poco romanticismo derriba todo tipo de mística en esta relación tortuosa, tuertos los que se miran a medias y no se dicen las cosas. No contesto el mensaje, bajo las escaleras sin descansar en los descansos. Y la veo, siempre ella misma y con el mismo perfume a boutique, mezclado con el desodorante del taxi del que se acaba de bajar hace apenas unos minutos. Sus ojos insinúan algo no anda bien y mis ojos disparan nada anda bien. Su abrazo de tramontina confirma la silenciosa traición: heureux au jeu, malheureux en amour*, dice en francés, pero no entiendo y pregunto ¿qué dijiste? y mientras su respiración me ensordece, --¿desde cuándo ella habla francés y me abraza?-- ella contesta dije te quiero.
*afortunado en el juego, desafortunado en el amor.
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1 comentario:
que mezcla hermosa tiene ese texto
salutes desde sci-terror
H
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