Cada vez que pienso en tomarme un container de Rivotril o vaciar en mis patillas el cargador de la Colt 1911 que me regaló el abuelo para defensa personal, escucho bajito un CD de Charlie Parker y te veo bailar desnuda en la ventana de tu habitación. Vos siempre tan vos, tan mi vecina de enfrente, tan sin sentido, tan ego con tus pasos de bailanta made in conurbano, con tu técnica sinfónica frenética: verte y sólo verte bailar desnuda, es un acto por demás ordinario, pero mejor así, sin sobresaltos ni sorpresas ni amores propios. Tu cuerpo invita a quedarse en la ventana, pero también anestesia, conmueve, adormece. Es difícil no marearse con tu cuerpo desnudo: el espejo en el que te mirás tiene mucha paciencia. Yo por mi parte tengo tiempo, y eso me basta. Así te miro, en la primera fila de mi balcón, tengo un lugar privilegiado en esta función de trasnoche, pero no soy el único y cada balcón de Buenos Aires es una postal de un hombre que se duerme en la ventana de su departamento, mirando cómo vos jugás a desvestirte y a volvernos miserables.-
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(imagen extraída de aquí)
3 comentarios:
paso a leer!! todo muuuuy interesante
Salutes desde SCI TERROR
H
espero que mi nuevo vecino no me espíe bailando desnuda. O sí. La duda es: black out o no black out.
En cualquier momento descubris un crimen
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