viernes, 27 de marzo de 2009

marfil

Si de verdad vas a disparar, si al fin te armaste de coraje y te diste cuenta de que tu orgullo no se puede comer a la bestia que es mi romance que te visita de imprevisto un domingo a las ocho de la noche, si vas a hacerlo porque ya no sabés cómo remontar el seis a cero con taco, caño y chilena, yo te diría que acomodes el plomo, con preferencia del centro del pecho a la izquierda, cosa de no abrir lugar a dudas. Matame como a Lennon: quiero entrar al quirófano cubierto de sangre y salir convertido en estrella dentro de una bolsa de consorcio. Dame una muerte digna, con firulete y pompa y sobreexposición y un poco de generosidad para exaltar mis cualidades. En cambio, si querés ahorrarte el tiro de la 45, te dejo pasar: tomate un café y pensemos que tal vez no es todo ni tan drástico ni tan definitivo, después de todo, te estoy invitando a la puesta en escena de mi autocrítica. Reconozco que tengo cosas que cambiar -ey, todos tenemos algo que cambiar, o al menos eso dice la familia-, y que lo del último tiempo fue un curso intensivo de sadomasoquismo emocional. Pero tampoco me olvido del precioso barniz con que perfumabas las tardes en nuestra casita de Villa Luro, la joint venture que durante meses nos entretuvo y nos convocó en un sexo famélico pero glorioso y nuestro, y también extraño -uf, qué difícil decir "extraño"- tus caprichos infundados, lo inútil que eras para cocinar, la seducción con que te negabas y las ganas que tenías de matar a mi mamá. Sí, te extraño, para qué negarlo. Por eso, hago un llamado a la solidaridad y a tu reflexión, para que evalúes lo conveniente de volver a confundirte conmigo, para que yo pueda confundirme -dentro de 60, 70, 80 o mil años- entre el nácar de tu bastón y el marfil del mío.-
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(imagen extraída de aquí)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

me encantó! ojalá podamos volver a confundirnos un poco más!

Anónimo dijo...

...sobre todo porque espero que te hayas dado cuenta que dejé mi orgullo de lado...

Anónimo dijo...

Claramente, la charla de mujeres, amor y sexo te hizo recordar ese amor que todavía no olvidaste. Ojalá se les dé nuevamente aunque no cocine, ya sabés Juanito, los hombres cocinan mejor jeje.

Siesta escandalosa dijo...

Creo que todos los finales merecen una muerte a lo Lennon. Lo demás es tregua.

Pateadora oficial de adoquines. dijo...

tu mensaje en mi blog fue un poco fuerte, en especial por ese comentario agradable hacia las palomas...y además me sentí como obligada a leer este bonito post que me recomendaste...

Anónimo dijo...

Hermoso