Nos presentaron y de toque, me abriste la cabeza con un matafuego emocional: fuiste chocolatín Jack en los recreos del primario, birra helada en las previas adolescentes, punto y banca en los Casinos del Conrad. Me gustaste, pero ya me habías gustado desde antes porque te había visto pasar alguna que otra vez, y había pensado quién será el tipo exitoso, hermoso, ingenioso que sale con ella. Ese mismo tipo -exitoso, hermoso, ingenioso- resultó ser mi jefe, espécimen ABC1, intelectual de tiempo completo, gentleman al que respeto a nivel intelectual, y mal que me pese, aprecio en lo personal. La misma soberbia de ese tipo me marcó -me cacheteó, ninguneó-, a grandes rasgos y casi sin querer, la diferencia entre él y yo: vos. Las mañanas en el hueco de mi departamento, entre las canillas con el cuerito gastado y el pan lactal que se quema con la tostadora que cada vez que enciendo el lavarropas me hace saltar la térmica, nada tienen que hacer comparadas con los desayunos imperiales a base de revuelto gramajo, ensalada de frutas, café con leche y vos. Vos sos la que hace de la primera comida del día, una visita guiada -cinco estrellas, premium- por los recovecos de la gloria. Más allá de sus títulos universitarios, terciarios, masters y condecoraciones, de los concursos ganados -sin trampa, obvio-, de que escribe mejor que yo, de que es mayor, más apuesto, mejor remunerado y de sus comentarios encantadores, más allá del éxito, la hermosura y el ingenio, tiene un algo, un no-sé-qué que yo-sí-sé: te tiene a vos, que encendés las luces de su habitación y de los días.-
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(imagen extraída de aquí)
5 comentarios:
Perdón si me puse un toque cursi. A veces uno lo necesita.-
Es dulce. Sería un toque cursi si fuese arjonesco o alguna cosa así medio deforme.
por qué? por qué la tiene a ella? que destino crueeeel!
So corny, NNN!
Igual, está bueno leerte un toque sensiblero ja :)
No estás tan lejos de ella, Jean Baptiste.
Y lo sabés.
Y sino, sabelo.
Un abrazo.
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