Coyuntura obliga a subir más de un texto.-
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Siempre habrá dos formas de irse de un lugar, sin importar de qué lugar hablemos. Uno puede cortar con la novia y despedirse dejando caer a su paso cuadros, libros, jarrones, lámparas, resentimientos, pases de factura y demás objetos de valor. En esa partida se puede hurtar, o incluso, robar, haciéndose responsable del agravante que resulta del uso de armas de fuego. Esta es una alternativa, queda el otro modus operandi: hacer una reverencia, dar el pésame protocolar que sobreviene a una ruptura por una relación que -bien intencionada, mal encaminada- no resultó. Lo mismo sucede con un trabajo, pongamosle el caso de una redacción periodística. Podés irte despacio, sin saludar a nadie, robando lapiceras, abrochadoras, resaltadores y hasta rollos de papel higiénico. O sino, en el sendero de la legalidad absoluta, uno se aleja con besos, abrazos y otras demostraciones de cariño. Habrá quien se enfieste en el baño con el dúo de las chicas de Recursos Humanos. Cuántos recursos. Cuántos humanos. Y cuántas cosas uno deja en el momento en que se va, así, con pena pero con gloria y a veces, hasta con ganas de no irse, al menos no tan lejos, o no sin antes saludar a las chicas de Recursos Humanos.-
8 comentarios:
Te podés ir sin las chicas de Recursos Humanos, pero jamás sin un beso apasionado con Alba...
Te vamos a extrañar Juan Torres!
No te pongas celosa. Para vos también hay beso.-
anasy
auch...decía, a dónde se va?
Doctor... ya nada es lo que era.
Qué guarda (guardaba) en el cajón el que se va (fue)? Es algo que siempre me intriga.
Buen final.
Como siempre.
Es tu fuerte, no? El final.
SIMPLEMENTE GENIAL...
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