jueves, 2 de julio de 2009

depiladora

Te felicito: desde que me odiás, escribís muchísimo mejor. Ya no caés en los lugares comunes de la vulgaridad -del tipo sos un forro, un pedante, o el comodín del si seguís así, vas a quedarte solo-, y hasta es un placer descubrirme en tus lecturas como un auténtico hijo de puta de sonrisa perfumada y guante blanco. Entiendo que desde que te acompaña esa desmedida ira visceral para conmigo -ira que desde luego, hacés extensiva a todo el género masculino-, te privás de contarle a la depiladora nuestras intimidades de un sexo deficiente, dejaste de tirarle piedras a mi auto y ya no hacés cagar a tu rottweiler en el parquet de mi departamento. La literatura te tiene bien ocupada: odiarme por texto lleva su tiempo, es toda una labor intelectual, un entrenamiento constante y exhaustivo. Pero mejor así: quedar en la gloria de tu prosa irregular como un bastardo poético y algo estúpido, a ser el mero recuerdo pasajero de otro inquilino entre cigarrillos importados y tus almohadones de plush.-
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(imagen extraída de aquí)

7 comentarios:

MQDLV dijo...

mejor ser un buen recuerdo, digo yo. si no hay amor, que no haya nada. salut!

Antonela Canicais dijo...

hay amor

Agus dijo...

la depiladora se entera de eso y más

Soy peregrinaperla dijo...

cuando hay alguien en el texto del otro, siempre, hay algo de amor. POr más que el texto sea de odio. no sé si logré explicarme. Bueh.

Anónimo dijo...

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van dijo...

Más vale leerse entre las líneas de la ira femenina antes que ser un recuerdo mediocre de un par de noches de sexo, no?

DamnGirl dijo...

Yo agradezco a mis amores pasados con sus glorias y asesinatos, por inspirarme nowadays.
Todos necesitamos musas de amor y musas de odio..muchas veces ambas, se encuentran en la misma persona y no es casualidad, que siempre, esa persona es un ex.
Buena semana, for all of you!