Hipócrita aquel hombre que afirma con plena convicción que prefiere la parranda indiscriminada de fin de semana a la estabilidad de una mujer que sabe hacer masajes tántricos. Mienten los que dicen que no quieren querer, ni les interesa ser queridos, ni se preocupan por hacerlo y muestran seguridad. Mienten, así de fácil. Mienten y se les nota, por más que los alcoholes disuadan la escena interna, que suene ha vuelto el matador en los parlantes del boliche y uno levante los brazos y las luces blancas lo iluminen y las mujeres se acerquen o comiencen a pensar apa, qué lindo que se puso el señorito; todo es efímero, todo verso, todo cuento. Disfrutan del momento, no dan explicaciones, no rinden cuentas y algunos niegan haber sido rechazados por una mujer alguna vez: ostentan un fixture de dudosa procedencia, se regodean en la noche y las putas, dan con sexos tan variados como vacíos. Y no saben -¡todavía no lo saben!- que aún no es hombre el hombre que jamás fue dejado por una mujer. Y tampoco saben lo que se pierden, porque eso es ser hombre de verdad: bancar los trapos a morir, aguantar los hielos, transpirar la camiseta, y hasta llorar. Sí chicas, los hombres lloramos por ustedes, pasamos por las puertas de sus casas, miramos fotos, escuchamos Arjona para recordarlas y nos escabullimos en perfumerías para pedir una muestra gratis de la fragancia que ustedes usan. Por eso te digo, y no tengo ninguna duda: el hombre que jamás fue dejado por una mujer todavía no se hizo hombre.-
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(imagen extraída de aquí)
3 comentarios:
Muy bueno.
Me encantó!!muy muy lindo.
Ay Dami (L)…
Jajaja
No lo vi más, dejó Penal…
besotes Bauti!
Rebe.
Bien pibe, así va!
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